La vicepresidenta debe resolver si jugará o no en las próximas elecciones. Dentro de los nombres en danza en la coalición gobernante empezó a sonar fuerte el del embajador en Brasil.

Daniel Scioli buscó el contacto de Alberto Fernández en su celular, lo llamó y le avisó: “me invitaron a visitar a Mayra Mendoza en Quilmes”. Al Presidente, ni se le ocurrió frenarlo y pocas horas más tarde apareció la foto del exgobernador con Mayra sonrientes sobre un sofá del municipio más kirchnerista del país.

¿Cristina lo indultó? La respuesta puede estar en un cruce de intereses: “Pichichi es aire y sol, obviamente prefiere ser el candidato de todos que el de Alberto solo”, explica un funcionario que lo conoce bien.

Ahora, ¿por qué el Presidente no lo cuestionó si es su posible reemplazo en las PASO? En medio de las indefiniciones, aparece la provocación. Si el kirchnerismo le pide que tenga armado propio en las internas abiertas del Frente de Todos, en la Casa Rosada hay quienes piensan en Alberto Presidente, Scioli Gobernador.

Elegí tu propio Scioli: Presidente, Gobernador o Jefe de Gobierno

A la lista de escenarios insólitos, se le suma el juego de Máximo: la última vez -de tantas- que Cristina se enojó (y mucho) con el albertismo fue por un tema de Ciudad: Juan Manuel Olmos se apuró a lanzar su armado de peronismo porteño joven con Leandro Santoro a la cabeza de la campaña.

En la Cámpora -sin candidato propio todavía-, se preguntan entre la ironía y el deseo si no sería Scioli un buen candidato a jefe de Gobierno porteño.

Mientras tanto, el embajador en Brasil ya tiene la agenda tomada en la Argentina. Después de Mayra, se subió a un avión privado -el mismo que usa en cada uno de sus viajes al interior-para ver a los gobernadores de Santa Fe y Entre Ríos.

El domingo vuelve a la embajada pero dos días después pisará suelo porteño para intensificar sus reuniones políticas.

Abril, la recta final de las decisiones

Tres integrantes principales del armado del FdT creen que la suerte está echada. Las próximas dos semanas serán el fin de los acertijos, los tapados y los cálculos. “Falta que juegue Cristina”, dice uno que mantiene contacto con ella. “Y todos hacen apuestas con las efemérides: ahora dicen que el 25 de mayo, el aniversario de la asunción de Néstor”.

A esta hora el escenario nacional de Cristina podría dividirse en que Massa sea candidato único con Axel a Gobernador o que el riesgo de perder una interna la lleve a jugar a Kicillof en la presidencial. Nadie descarta un plan C porque nadie desestima su capacidad de sorpresa.

”Massa está trabajando la política económica como si el mundo se terminara el 24 de junio, la fecha de cierre de presentación de los precandidatos”, describe un economista al que Alberto Fernández volvió a escuchar más que nunca.

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El ministro -sigue el economista- “no ve el impacto, busca ganancias de corto plazo pero el horizonte del costo también le va a tocar a él”. Más claro: que capaz logra índices apenas mejores de inflación en abril y mayo pero lo que viene después de las PASO se ve oscuro. Al Presidente, suele gustarle escuchar que Massa no está siendo lo exitoso que imaginaba.

Aníbal Fernández y Horacio Rodríguez Larreta

”No interrumpas a tu enemigo mientras se está equivocando”, dice la frase tan usada atribuida a Napoleón y que fue repetida como un mantra esta semana en varios despachos de la Casa Rosada mientras disfrutaban de la carnicería entre Larreta y Macri. El hechizo se rompió con la barbaridad de “calles regadas de sangre y muertos” de Aníbal Fernández.

Del lado de la oposición, a esta hora, con un poco más de paz en el ambiente, el expresidente no se recuperaba del golpe y en su entorno jugaban la variante de que la movida de las elecciones concurrentes se entrampe en la justicia.

”No hay ninguna posibilidad de que eso pase”, juran en el entorno del jefe de Gobierno. María Servini de Cubria, como en cada elección, será una pieza imprescindible, a los 86 años, si la movida de Larreta se vuelve realidad en la elección.

La otra pata que podría complicarse está en manos de Ezio Emiliozzi, un hombre de Daniel Angelici a cargo del Instituto porteño que tiene la administración de la elección -o sea de la licitación para la boleta única electrónica-. Todos coinciden en que él hará su trabajo a alta velocidad.