Nota extraída de Infobae por Alberto Cromillot
Esta práctica consiste en dejar de ingerir alimentos sólidos por largos periodos de tiempo y reducir la ingesta de comidas a solo algunas horas. Qué dice la ciencia
Hace muchos años, vinieron a ver si me interesaba apoyar este producto. Decía Aro Diet, venía de Suiza y dije bueno, vamos a ver en qué consiste. ¿Y en qué consistía? Consistía en este aro. Este aro que se ponía en la oreja y uno se lo apretaba, sencillamente. Se apretaba el aro cuando tenía hambre y, entonces, ya podía regular su apetito el resto de su vida y con esto adelgazar.
Entonces, usted me puede decir: “No, no puede ser”. Sí puede ser. Como puede ser lo que le he contado otras veces que es que la gente consumía el gorgojo vivo. Primer día, un gorro rojo. Segundo día, otro gorgojo. Bueno, el nuevo Aro Diet o el nuevo gorgojo es el ayuno intermitente.
Acaba de salir una publicación, en una revista científica alemana, donde dice, claramente, para qué sirve el ayuno intermitente. Para adelgazar y postergar el envejecimiento. Pero lo único que posterga el ayuno intermitente es la próxima comida.
O sea, desde el punto de vista científico no sirve para nada. Y desde el punto de vista de la práctica, nosotros lo usamos en la década de 70 y lo dejamos de usar en la década del 80 por inútil, por obsoleto.
Como le dije, el ayuno intermitente no es una novedad. En el primer congreso de obesidad que se hizo en Londres en 1974, yo presenté un trabajo sobre la aplicación de esta práctica, pero a partir del 77 ó 78 dejé de recomendarlas.
Es una manera moderna de llamar a “saltear comidas”. Sencillamente no funciona porque las personas cuando van a hacer un día de ayuno o medio día hacen una comida preventiva, es decir que comen menos antes y después comen más para compensar todo lo que no comieron.
Además, se ha comprobado desde el punto de vista científico la conveniencia de comer repartido durante el día, por lo menos cuatro veces.
En resumidas cuentas, estas propuestas lo único que logran es dejar el erróneo mensaje a la gente, que puede comer lo que sea (panceta, papas fritas, huevo frito o vino) durante un lapso de 8 horas, total en las siguientes 16 depura todo, cosa que no sucede.
En muchas oportunidades, estas cosas son experiencias personales que se presentan como novedosas y no lo son. Son estrategias que fueron dejadas de lado debido a la investigación y a la práctica profesional de la medicina actual, la cual logró acumular conocimientos y se maneja con otras pautas más serias.
Pero esto no es todo, usted piense que también se debe tener en cuenta que si una persona realiza un trabajo con desgaste físico o tiene que manejar, por poner algunos ejemplos, estar sin comer esa cantidad de horas puede ser peligroso.
Es más, esta práctica también puede ser muy peligrosa en aquellos pacientes con algunas enfermedades. Por ejemplo, en una persona que sufre de diabetes, cuando realiza estos ayunos, pueden terminar padeciendo un shock hipoglucémico.
Incluso, en el caso de los adolescentes, el ayuno intermitente puede impulsar o reforzar su imagen corporal distorsionada y puede desencadenar trastornos de la alimentación.
En fin, apelar a estas estrategias es como si la gente dijera “he abandonado la búsqueda de la verdad y estoy a la pesca de una buena fantasía”. Temas relacionados:Opinión