Es una innovación que, para muchos, es un verdadero «game changer» en el tratamiento de dos de las patologías más comunes que afectan a los argentinos
Una nueva droga está llegando a las farmacias argentinas. Se trata de una innovación que, para muchos observadores, es un verdadero «game changer» en el tratamiento de dos de las patologías más comunes que afectan a la salud de los argentinos: la diabetes y la obesidad.
El flamante medicamento es el Dutide (semaglutida oral), que el laboratorio Elea presentó ante la comunidad médica local hace unos días. Muchos lo mencionan ya como el Ozempic «argentino». Vale destacar que «Ozempic» es la marca comercial que eligió Novo Nordisk, el laboratorio dinamarqués que lo desarrolló originalmente.
Como suele ocurrir en el mundo médico, la llegada de la novedad no quedó exenta de debates. En los ensayos esta droga mostró que quien la toma suele registrar -con el paso de las semanas- una pérdida de peso promedio de 4 a 6 kilos. Por eso muchos legos consideran que podría ser una forma «mágica» para «bajar la panza» o «acabar con los rollitos», sin grandes sacrificios. Esta idea pone nerviosa a la comunidad global de profesionales de salud, ya que no fue ese el uso con el que salió aprobado ni en Argentina ni en los principales países del primer mundo.
La diabetes: una verdadera epidemia
Según los expertos en salud pública, hoy hay en Argentina aproximadamente 3,8 millones de adultos con diabetes. La endocrinóloga Carla Musso, coordinadora de la sección «Diabetes» en la Fundación Favaloro, detalla: «La última Encuesta Nacional hecha por el Ministerio de Salud, en 2018, encontró que el 12,7% de todas las personas de más de 20 años tiene diabetes. Ese porcentaje, además, va aumentando con el paso de los años, ya que, tras cumplir 65, al menos uno de cada cinco (20%) la padece».
«Hasta el final del siglo XX todos los tratamientos que teníamos para diabetes apuntaban a disminuir la glucosa en sangre. Eso era prácticamente lo único importante», le detalló a iProfesional el doctor Matías Deprati, director de Asuntos Médicos del Laboratorio Elea. «Pero en los últimos lustros se fue demostrando que la principal causa de muerte en ese grupo eran las enfermedades cardiovasculares. Por eso se pensó en un enfoque médico más integral, que no solo permitiera el manejo de la glucosa, sino también el control de otros parámetros de la enfermedad cardiovascular, como el colesterol, el tabaco, el sedentarismo, el estrés, el sobrepeso y la obesidad, entre otros», resumió.
Por eso, cuando los investigadores comenzaron a revisar los resultados sobre la salud de una molécula nueva, denominada «semaglutida», se entusiasmaron fuerte.
El fármaco lo comercializa laboratorio Elea
¿Qué es la Semaglutida?
- Es un fármaco sintético, un análogo humano del péptido similar al glucagón (GLP-1), producido por tecnología de ADN recombinante.
- Ya existe en el cuerpo, segregada por nuestro organismo. El objetivo del tratamiento es aportar más de este compuesto y aumentar la concentración.
- Es el primer análogo del GLP-1 aprobado (en 2021) por la prestigiosa FDA de los EE.UU., para tratar diabetes tipo II y obesidad.
- El costo de lista del producto ronda los $240.000 mensuales (sin los descuentos de la seguridad social).
- En el mundo se comercializa bajo las marcas «Ozempic» y «Wegovy», ambas de Novo Nordisk y con el mismo principio activo, aunque en diferentes dosis.
«Lo que hace esta molécula es imitar la función de una hormona natural que llamamos GLP-1 y que produce nuestro intestino», le explicó a iProfesional la doctora Silvina Alba, nutricionista e investigadora en temas de obesidad y síndrome metabólico la institución DIM Centro de Salud.
Y continuó: «Esa hormona tiene dos funciones. Por un lado, ayuda a regular el azúcar en sangre, al estimular la secreción de insulina pancreática. Pero también tiene un efecto de control sobre el apetito, ya que se produce lo que se llama un retardo en el vaciamiento del estómago y genera sensación de saciedad».
Deprati recordó que las primeras versiones de esta medicación que llegaron al mercado fueron en formato inyectable, primero diaria y luego semanal. «Pero nosotros optamos, hace ya tres años, por investigar la posibilidad de hacer un desarrollo en forma de comprimidos. Es que las preferencias de los pacientes muestran que 8 de cada 10 personas con diabetes prefieren tomar una píldora al día en lugar de inyectarse. Aparte, ese formato facilita la comodidad en el transporte y guardado. Y la toma de una pastilla es más simple que una inyección.
En otras palabras, la píldora termina favoreciendo la «adherencia» y facilitando el cumplimiento correcto del tratamiento que es crónico y se extiende en el tiempo».
¿Para quiénes se indica?
La doctora Alba recuerda que es una medicación y, por ende, tiene efectos colaterales. «Los más frecuentes son náuseas, sensación de plenitud gástrica (se sienten llenos después de comer), que en la mayoría de los casos es fugaz. Pero en algunos pacientes puede limitar el uso», explicó.
«También puede registrarse sensación de reflujo; en algunos casos diarrea o constipación. Estos son los efectos más comunes. Puede haber además alguna hipersensibilidad. También está descripto, aunque poco frecuentemente, que puede generar inflamación del páncreas, problemas de vesícula y litiasis».
¿En quiénes está contraindicada?
La semaglutida y otras medicaciones similares, se deben usar para el tratamiento de adultos, y no pueden indicarse en embarazadas ni durante la lactancia. Tampoco si tuvieron antecedentes de pancreatitis, ni a personas con familiares de un tipo de cáncer de tiroides. Se excluye además a quienes tengan una condición llamada gastroparesia.
Alba finalizó: «Es importante que la gente sepa que no se debe usar en forma autónoma o sin control médico. No es algo para recomendar entre amigas o mamás de la escuela, ni pensar en un uso «off label», o sea por afuera de la recomendación del prospecto. La receta es para personas con diabetes y no sirve con fines estéticos, ni para bajar un rollito antes de una fiesta importante».
Los documentos oficiales de las autoridades regulatorias y el consenso profesional, es claro: es una medicación para personas con su salud comprometida por una combinación de diabetes y obesidad.
Otro conflicto por la Ley de Patentes (y van…)
La introducción de este medicamento por parte del laboratorio Elea, reaviva -una vez más- el histórico conflicto entre laboratorios «locales» y «multinacionales». Los «multis» aducen que los «locales», solo «copian» moléculas innovadoras, que a los internacionales les lleva lustros de trabajo y cientos de millones de dólares de inversión en investigación y desarrollo. Según ellos, la legislación vigente no protege esas inversiones en forma adecuada.
Mientras, los locales aseguran que cumplen al pie de la letra con todos los requisitos que exige la ANMAT y los vericuetos de la Ley de Patentes. Y comentan que –además- ellos también invirtieron varios millones de dólares para poner a punto esta medicación. «Esta molécula no estaba protegida por la ley local», resumen desde Elea.
Más allá de la realidad leguleya, se apalancan en otro dato: por cuestiones productivas y falta de stock, el laboratorio internacional dueño de la patente de la semaglutida en Argentina decidió no comercializar -por ahora- su medicamento localmente. Eso deja un espacio y una necesidad de los pacientes al descubierto que el propio mercado busca cubrir.
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