sábado, noviembre 9

Por la devaluación y la alta inflación, se profundizan las brechas salariales entre los trabajadores formales

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Si bien todos los sectores quedaron por detrás de la inflación en los últimos cinco años, la aceleración de los precios de los últimos años reflejó las diferencias en el poder de fuego de los distintos gremios al negociar sueldos.

La devaluación post PASO y los elevados índices de inflación suman cada vez más presión y reconfiguran el escenario macro en distintos aspectos. Uno de ellos, quizás de los más sensibles para la economía cotidiana, son los salarios. En este contexto de alta fragilidad, empieza a emerger un fenómeno en el mundo laboral: se profundizan las brechas en los ingresos en los trabajadores formales.

Apenas horas después de las primarias, el Gobierno dispuso una devaluación del 22% del tipo de cambio que generó un traslado prácticamente inmediato en precios y modificó al alza las expectativas inflacionarias -al menos- para los próximos meses. En concreto, se espera que en agosto y septiembre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) toque los dos dígitos y bajo este nuevo panorama los sueldos quedarán rezagados en comparación con los precios.

Allí el ministro de Economía, Sergio Massa, presentó una serie de medidas con la intención de recomponer salarios, que incluyeron la oficialización de una suma fija que generó fuerte rechazo en el sector privado y tuvo baja adhesión entre los gobernadores. Ante los cruces, algunos gremios adelantaron las negociaciones paritarias y reclamaron acortar los plazos de discusión, pero fueron solo algunos de ellos.

Los ministros Kelly Olmos Sergio Massa, Jaime Percyck y el Presidente, Alberto Fernández. (Télam/Esteban Collazo)
Los ministros Kelly Olmos Sergio Massa, Jaime Percyck y el Presidente, Alberto Fernández. (Télam/Esteban Collazo)

Según la consultora Analytica, la aceleración de los precios de los últimos años reflejó, en primer lugar, las diferencias en el poder de fuego de los distintos grupos sindicales a la hora de sentarse a negociar.

De igual modo, esta situación no es nueva, sino que ya se observó con otras subas del tipo de cambio oficial. “Las devaluaciones de 2018 y 2019 provocaron un salto en la dispersión salarial de los trabajadores del sector formal, un fenómeno que se repitió a la salida de la pandemia, entre el tercer trimestre de 2020 y el segundo trimestre de 2021, y que volvió a hacerlo con la aceleración inflacionaria en 2022″, enumeró la consultora.

Por eso, analizó la evolución desde marzo de 2018 hasta julio de 2023 de los aumentos pactados en los gremios productivos (construcción, metalmecánica, alimentos, textiles, etc.) y de servicios (sanidad, camioneros, transporte de pasajeros, gastronómicos, comercio, etc.).

“El sector productor de bienes perdió 10,5% de poder de compra, en tanto los salarios del sector servicios cayeron 16,4%”, indicó el relevamiento de Analytica. En tanto, detalló que dentro del sector productivo, las mayores caídas se registraron en los trabajadores rurales (-28,3%), de producción de alimentos (-21,4%) y de plásticos (-21%), seguidos por construcción (-10,6%), químicos (-12%) y Mineros (-7,1%). Los únicos que se “mantuvieron a flote” fueron textiles (-1,1%) y metalmecánica (+1,9%).

En el caso de los Servicios, en los últimos cinco años perdieron camioneros (-26%), comercio (-14,1%) y gastronómicos (-13,9%), mientras que mostraron números positivos sobre la inflación los bancarios (+0,4%) y encargados de edificios (+5,9%).

Si bien todos los sectores quedaron por detrás de la inflación en los últimos cinco años, la dispersión salarial se profundizó entre los trabajadores que cuentan con aportes, especialmente dentro del rubro de servicios.

“Esto se debe al retroceso de gremios con gran cantidad de afiliados, como Comercio y Camioneros, respecto de otros con menos afiliados, como Encargados de edificios o Bancarios”, precisó Analytica. Y agregó: “El mercado formal hoy es mucho más heterogéneo que el de 2019, por lo que será muy difícil la coordinación entre paritarias y un plan de estabilización en un futuro”.

En coincidencia, el coordinador de Observatorio del derecho social de la CTA, Luis Campos, explicó en diálogo con TN que ya existía previo a la devaluación de agosto un proceso de mayores diferencias salarial en el sector formal. “Un aumento de la inflación tiende a profundizarlas, ya que la capacidad de respuesta de los distintos sectores es muy dispar”, sostuvo.

Según su visión, los factores que pueden definir una mayor o menor dispersión son dos: la situación económica de cada sector y la fuerza sindical.

“Para poner dos extremos: Aceiteros ya se cubrió con la última negociación y si el escenario empeora mucho más tiene capacidad para reabrir la negociación rápidamente. En la otra punta, la UTPBA cerró un acuerdo salarial bajo hace un tiempo y la cláusula de revisión opera recién en noviembre”, ejemplificó Campos.

En este sentido, distinguió un riesgo que también se abre en tiempos de alta inflación: que ante la escalada de precios, las negociaciones paritarias achiquen sus plazos.

Hay -algunos pocos- sindicados que reabrieron sus paritarias ante los últimos coletazos económicos y ya negocian de forma mensual, lo cual acelera aún más la carrera entre precios y salarios. “Si eso sucede, todo se ubica en un escalón más alto y así sigue. Para los sindicatos no queda otra, es una reacción defensiva, pero al mismo tiempo tampoco sirve”, advirtió el Campos.