Por qué Macri «quiere la cabeza» de Santiago Caputo y otro inminente quiebre en LLA

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El expresidente fustiga en privado al asesor plenipotenciario de Milei pero en Casa Rosada sostienen una hipótesis sobre los motivos del exmandatario detrás de ese encono. Mientras, en el Congreso hay legisladores del Senado y Diputados que pagarán el precio del escándalo

El oficialismo venía envalentonado con el protagonismo mediático que tenía en los medios el caso de Alberto Fernández y Fabiola Yáñez. Fue por eso que se guardaron varios anuncios y cancelaron un acto político en el Conurbano. «Si tu enemigo se está equivocando no lo interrumpas», decía un importante colaborador del Presidente durante esos días. El consejo que se impartieron los responsables de la comunicación a Javier Milei y sus ministros fue bajar el perfil y prepararse para retomar cuando eso mermara.

El reavive de la interna entre el Presidente y Victoria Villarruel fue el primero de varios episodios que terminaron por desencadenar una semana con traspiés para el oficialismo: la llegada de Martín Lousteau como titular de la Bicameral de Inteligencia, el rechazo del DNU con fondos reservados para la SIDE y la aprobación de la nueva movilidad jubilatoria en el Congreso (que será vetada por el Presidente) son algunos de estos.

La responsabilidad de los dos pesaba sobre Santiago Caputo, el asesor del Presidente que por primera vez desde que arrancó la gestión libertaria no asistió en toda la semana a Casa Rosada. Se fue de viaje al sur, explicaron funcionarios que conversan con él. «Tal vez se fundió y se tomó unos días para retomar», elucubran. Lo cierto es que se lo volverá a ver deambulando por los pasillos este lunes.

Caputo fue destinatario de varios rumores que lo situaban con un pie afuera de la gestión. Las versiones marcaban que los fracasos de esta semana hacían que Milei confiara menos en su eficiencia, algo que fue desmentido rotundamente por el propio jefe de Estado ayer:  «Les molesta que Santiago tenga un coeficiente intelectual varias veces por encima de la media».

El asesor plenipotenciario de Javier Milei, Santiago Caputo.

El Presidente explicó que Caputo integra junto a su hermana Karina un «triángulo de hierro». Se trata de una mesa chica en la que solo se sientan figuras consideradas de extremísima confianza y que, además, son fundamentales para el día a día de la gestión.

Quien busca meter una cuña en este grupo es el expresidente Mauricio Macri. O al menos así lo explican en Casa Rosada personas cercanas a Milei. «Quiere la cabeza de Santiago, por eso vemos estas operaciones», afirman, sosteniendo que el Presidente «no le va a dar el gusto», pero que en paralelo no tiene problema en hacer equilibrio y tener un buen vínculo con ambos.

En el círculo de Milei sospechan que la voracidad de Macri por establecer lazos con el Gobierno tiene un objetivo adicional: la licitación internacional de la Vía Navegable Troncal, más conocida como Hidrovía Paraná-Paraguay. Esa hipótesis también la tiene el mismo Caputo y otros funcionarios clave del Gobierno. «Qué bien que Mauricio haya tenido a la reina Máxima descansando en Cumelén», se le escuchó decir a un influyente funcionario.

La sugerencia no es baladí. Se cuentan con los dedos de las manos las empresas que pueden participar en la compulsa. Siempre en el ámbito de las especulaciones, en Casa Rosada creen que Macri tendría una clarísima inclinación por la compañía de dragado Royal Boskalis Westminster, con sede en Ámsterdam. «Había un borrador por si ganaba Patricia», se animaron a decir en un despacho oficial.

En el Ejecutivo todavía no saben cuándo se publicará el pliego de la licitación. Será antes de fin de año. Cuanto menos, el Gobierno decidió tomar otro paso para conversar con varias provincias antes de hacerlo: a través del Boletín Oficial se decidió la creación de la Mesa de Diálogo Interdisciplinaria para el Desarrollo Fluvial de la Vía Navegable Troncal, en la que se abordará el tema del concurso internacional.

La decisión fue efectivizada por la Subsecretaría de Vías y Puertos Navegables, a cargo de Iñaki Arreseygor. En los trabajos que computa en su currículum, el funcionario tiene pasado en el directorio de Mirgor (empresa presidida por Nicky Caputo) en representación del Estado Nacional durante la presidencia de Mauricio Macri. El área que preside actualmente tomó las funciones del Ente Control y Gestión de la Vía Navegable Troncal, disuelto semanas atrás como parte del plan de recorte del tamaño del Estado.

Los desplazamientos que se vienen en el Congreso

El internismo libertario traspasó la esfera del Poder Ejecutivo y también se evidenció en el Congreso de la Nación. Allí el escenario es aún más caótico para quienes tienen lugares de liderazgo: heredaron a las personas que fueron colocadas en las listas por el exarmador Carlos ‘El Japonés’ Kikuchi, a quien se le adjudica la frase «armé las listas cuando medíamos 13 puntos». Desplazar a un legislador de un bloque no es fácil, no al menos como se puede hacer en el caso de un secretario o subsecretario.

Y es que los líderes libertarios en Diputados y en el Senado se quejan del nivel que tienen sus legisladores. «Algunos son impresentables», afirma un diputado libertario. Quienes se fueron de LLA hace algunos meses miran el panorama y definen: «Son un cambalache».

Las afueras de la reunión entre diputados libertarios. (Déborah de Urieta)

El Congreso Nacional tuvo su pequeño escándalo en la reunión de bloque de La Libertad Avanza. La convocó Martín Menem después de la sesión por el DNU de los fondos reservados para la SIDE. No pasó ni una hora que los periodistas parlamentarios anoticiaron de la contienda que se había armado puertas adentro.

Y es que, dentro del pase de facturas entre algunos de los diputados, el punto más álgido lo protagonizó la mendocina Lourdes Arrieta, que acusó al titular de la Cámara baja de haberle soltado la mano ante el escándalo de la visita a los genocidas en el penal de Ezeiza, excursión a la que ella participó y se desentendió diciendo que no sabía quién era Alfredo Astiz por haber nacido en la década del ’90.

Arrieta dijo haber sido parte de una operación y, diciendo estar arrepentida, pidió conformar una comisión especial para que los diputados pudieran investigar cómo se había gestado la visita, la cual había contado con traslados provistos por una flota oficial del Congreso.

Cerca de Menem indican que esto último es algo que se provee comúnmente y que no tenía idea de esa actividad. La ministra Patricia Bullrich también se desentendió del plan y dice haberse enterado por las redes. Mientras tanto, Arrieta y la diputada santafesina Rocío Bonacci, también participante de la visita a genocidas (siendo la única de los seis que no posó para la foto), marcaron días atrás que el bloque «no está bien» y que no hubo contención de parte de los principales líderes libertarios.

Eso último es algo que admiten propios integrantes del bloque. «[Oscar] Zago, que ni siquiera está en el bloque, las estaba conteniendo y no Gabriel [Bornoroni, jefe de la bancada libertaria], es simbólico hacer eso a pesar de que no te lleves bien, no tiene liderazgo», lo critican. Aun así, la sintonía entre el cordobés y Menem es total: el jueves se mostraron en La Docta para lanzar La Libertad Avanza en ese distrito.

Según aseguraron ayer a El Cronista altas fuentes de Casa Rosada, está impartida la orden de que Arrieta sea desplazada del bloque en la próxima reunión del martes. El ultimátum vino de parte de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.

Aunque se trata de otra esfera, lo mismo sucederá con el senador Francisco Paoltroni, que lideró la contraofensiva para rechazar el pliego de Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia. «Es gente que no entiende nada», sostuvo Milei al ser preguntado en Casa Rosada por el periodista Pablo Lapuente.