Diputados exige modificaciones clave para enviar señales de estabilidad a los mercados. Negociaciones y puntos sensibles como jubilaciones y obras públicas estarán en el centro de la discusión.

El próximo 1 de octubre se iniciará oficialmente el debate del proyecto de Presupuesto 2025 en la Cámara de Diputados.

Los distintos bloques opositores ya han comenzado a estudiar detenidamente cada una de las partidas del plan presentado por el Gobierno. Si bien algunos sectores al principio especulaban que el Ejecutivo no buscaría una verdadera aprobación del proyecto, la realidad política y las señales que se deben dar a los mercados internacionales obligarán a la administración de Javier Milei a negociar.

La situación económica del país, sumada a la fragilidad parlamentaria del oficialismo, ha generado la percepción generalizada de que el Gobierno no puede permitirse una prórroga automática del presupuesto anterior.

“Si Milei opta por no aprobar un presupuesto y utiliza una prórroga, sería una señal preocupante para los mercados y generaría incertidumbre sobre su capacidad de gobernar”, comentó un diputado del peronismo dialoguista. Los sectores económicos nacionales e internacionales, así como acreedores y organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), siguen de cerca estas negociaciones.

Uno de los principales puntos de discordia entre la oposición y el Gobierno radica en la falta de consenso sobre el ajuste fiscal propuesto por el Ejecutivo. El propio Milei ha insistido en que no permitirá modificaciones que comprometan el equilibrio fiscal, algo que fue reiterado durante su reciente presentación ante el Congreso, donde calificó a los legisladores opositores de “ratas miserables”. Sin embargo, dentro de su propio espacio reconocen que el margen de negociación será necesario para evitar un conflicto político de mayor envergadura.

Desde el bloque de Encuentro Federal, el diputado José Luis Espert señaló: “Un gobierno sin presupuesto es un gobierno sin control, y si vuelve a prorrogar el del 2022, será imposible controlar los gastos”. Espert ha sido uno de los principales interlocutores en los primeros contactos informales con la oposición para allanar el camino hacia posibles modificaciones al proyecto oficial.

Temas clave en la negociación:

El debate sobre el Presupuesto 2025 tendrá como ejes principales la recomposición de las jubilaciones, el ajuste en áreas como educación y ciencia, y el gasto tributario. Uno de los puntos que más preocupa a la oposición es la fórmula de actualización de las jubilaciones, que se ha visto modificada por decretos en los últimos meses, consolidando un ajuste que afecta a millones de jubilados.

Además, la obra pública para las provincias será otro campo de negociación importante, ya que varias gobernaciones han manifestado su preocupación por el recorte de fondos. Los gobernadores de las provincias más afectadas ya han comenzado a ejercer presión a sus legisladores para garantizar que los fondos destinados a infraestructura no sufran recortes adicionales.

Un punto de coincidencia entre los bloques opositores más duros y los sectores dialoguistas es el reclamo por el gasto tributario. La oposición sostiene que el Estado deja de percibir grandes sumas por exenciones impositivas a sectores estratégicos que no generan el impacto esperado en la economía. El régimen de promoción industrial en Tierra del Fuego ha sido uno de los principales focos de crítica, al considerarlo excesivamente costoso y de baja eficiencia.

Por otro lado, también existe una demanda por mayor transparencia en el manejo de los fondos del Estado. Varios bloques han solicitado que el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, comparezca ante el Congreso para responder preguntas técnicas y políticas sobre el proyecto. Hasta el momento, no ha habido confirmación de que Caputo se presente a la Cámara para dar explicaciones, algo que los legisladores opositores consideran esencial para avanzar en las negociaciones.