Entre pases pasivos y Leliq la entidad monetaria sigue acumulando compromisos que complicaran al próximo gobierno e impedirán el fin de las restricciones monetarias.
Mientras el equipo economíco que dirige Sergio Massa, intenta destrabar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en medio de un año electoral complejo para el oficialismo, el Banco Central (BCRA) ya acumula una deuda mayor a los 15 billones de pesos.
Entre pases pasivos y Leliq, la entidad monetaria a cargo de Miguel Pesce, suma un stock de casi 4 billones de pesos, en los primeros días del mes de junio. En lo que va de 2023, los pasivos remunerados crecieron un 54%, unos 12 puntos por encima de la inflación acumulada en los primeros cinco meses del año, que fue del 42,2%.
Se trata de bonos que el BCRA coloca entre los bancos para retirar de la calle los pesos que sobran, con el objetivo de evitar que presionen sobre la inflación y la brecha cambiaria.
Es que el organismo nacional paga un interés a los bancos privados a cambio de retirar esos pesos, pero en el caso de los pases a un día, abona una tasa nominal anual (TNA) de 91%. Para las Letras de Liquidez (Leliq), que tienen un plazo mensual, paga 97%, lo mismo que los bancos deben pagar a los depositantes minoristas por sus plazos fijos.
Si bien, por ahora la deuda del BCRA se renueva sin problemas porque la demanda de crédito es baja, los pesos se estancan en las entidades financiera, por la imposibilidad de volcarse al ahorro en dólares, por lo que estos prefieren comprar pases o Leliq a cambio de una tasa.
En ese sentido, la consultora privada LCG, advirtió que los pasivos remunerados llegaron a representar un máximo de 12,3% del PBI al cierre de mayo. Además de la baja demanda de dinero, la compañía señaló que hubo un incremento en la oferta de pesos como resultado de la emisión para cubrir el déficit fiscal, así como por la compra de divisas a partir del “dólar soja 3”, la intervención en el mercado cambiario y el pago de los intereses que esa misma deuda genera.
“El stock de pasivos remunerados que genera intereses por prácticamente $1 billón mensuales es una complicación. Actualmente, con el cepo cambiario, hay una demanda de pesos ‘forzada’, pero si el próximo gobierno quisiera liberar las restricciones cambiarias, se encontraría con $15 billones de pasivos remunerados y $5,5 billones de base monetaria”, indica el informe.
Lo que se traduce en que todos esos pesos que hoy están atrapados en las arcas del organismo monetario porque no encuentran mejor destino, podrían eventualmente impulsar la brecha cambiaria y disparar el precio del dólar nuevamente.