Alejandro Paul Vandenbroele, “imputado colaborador” en el expediente que investiga por qué la sociedad The Old Fund, creada para comprar la ex imprenta de billetes privada Ciccone Calcográfica, asesoró a la provincia de Formosa.
En diálogo con Clarín, Vandenbroele aseguró que el primer dinero fuerte que entró a las cuentas de esa sociedad fue por una asesoría falsa con la provincia de Formosa, que renegoció su deuda pública con el ministerio de Economía de Boudou: “El primer trabajo que hice para Boudou, siempre siguiendo las órdenes de José María Núñez Carmona (socio y mejor amigo del ex vice, hoy preso junto a él) fue el tema de Formosa donde cobramos una coima”, contó.
Y confirmó que el contrato con el gobierno de esa provincia y su empresa fue para cobrar sobornos y nada más: “Yo cobré 200 mil dólares de aquel momento. La plata fue repartida entre Boudou, Núñez Carmona y gente de la provincia”.
Los dichos de Vandenbroele, un abogado meticuloso y con buenas anotaciones en cuadernos son coincidentes con lo probado por Lijo. Hay contrataciones en las que se inscribió mal la fecha adrede para que cierre la cronología de un contrato por asesorar a una de las provincias más pobres del país. Para simular, en realidad, un acuerdo espurio. Según Vandenbroele, esos 6,8 millones de pesos se repartieron entre el ministro de Economía, Núñez Carmona, el propio Vandebroele, y uno de los operadores del mandatario formoseño, llamado Martín Cortés. “Fue todo una simulación”, insiste Vandenbroele.
En la causa conocida como Ciccone II, asegura: “El que puso el dinero fue el banquero Jorge Brito, del Macro”. Y ahonda: “Él pagó los sueldos y una capitalización. Yo armé las sociedad Dusbel, en Uruguay, para que la plata llegase desde el extranjero a la Argentina. Además de Brito, quien participó de estas operaciones fue el ex banquero Raúl Moneta”.
El ex director de la sociedad The Old Fund repite que jamás cobró por “arrepentirse”, que lo hizo por decisión personal, pensando en su familia, y explica su derrotero por dentro del “monstruo” de los negocios K: “Sí, visité la Casa de Moneda para firmar el contrato para imprimir papel moneda en la ex Ciccone. También fui a Loterías de la provincia de Buenos Aires porque Núñez Carmona estaba seguro que íbamos a imprimir también fichas de casino. Incluso chapas patentes…”.
Y entonces rememora uno de los momentos de mayor nerviosismo para él: fue cuando a Boudou se le ocurrió imprimir en la ex Ciccone las boletas electorales que se usaron en las PASO y en las elecciones generales del 2011. “Fue por eso que estuve en la Casa Rosada”, confirma Vandenbroele, y continúa, como si contara ya otra vida, y no la suya propia: “Las boletas no se podían imprimir en las máquinas de la empresa. Por suerte Nicolás Ciccone nos ayudó, porque conoce del mercado gráfico, y tercerizamos el servicio en Poligráfica del Plata”.
Esas fueron las boletas que llevaron impresas las caras y los nombres de Cristina Fernández como postulante a la Presidencia y de Amado Boudou como candidato a vice. Ganaron ambos comicios.