La empresa estatal se encuentra en el centro de las críticas después del paro que afectó a más de 37 mil pasajeros y generó pérdidas millonarias.

El reciente paro de los pilotos de Aerolíneas Argentinas, que afectó a más de 37.000 pasajeros y generó pérdidas millonarias, reavivó las críticas hacia los privilegios que disfrutan los empleados de la empresa estatal. En medio del conflicto, trascendió un documento interno que detalla los beneficios a los que acceden los pilotos, tanto en actividad como jubilados, así como sus familiares y allegados. Este documento pone en el centro de la discusión el uso de pasajes gratuitos y con descuentos, que según el gobierno de Javier Milei representan un costo considerable para el Estado.

El conflicto escaló cuando Aerolíneas Argentinas suspendió la asignación de pasajes en clase ejecutiva para los pilotos, una práctica que estaba contemplada en el convenio colectivo de trabajo. La empresa explicó que ahora solo se confirmarán pasajes en clase económica, permitiendo el ascenso a ejecutiva solo si hay disponibilidad en el momento del embarque. Según la aerolínea, esta decisión busca reducir los costos de los pasajes, que representaron 20 millones de dólares el año pasado, mientras la empresa sufrió pérdidas por 390 millones de dólares.

Entre los privilegios que gozan los pilotos, el documento enumera beneficios como pasajes gratuitos para familiares en períodos festivos, en comisiones prolongadas y tras casarse, así como descuentos en pasajes para empleados y sus allegados. Incluso, los pilotos jubilados pueden acceder a pasajes con un 90% de descuento, con espacio sujeto a disponibilidad. Estos beneficios fueron cuestionados por las autoridades del Gobierno, quienes consideran que son excesivos y afectan las finanzas de la aerolínea estatal.

El gremio de los pilotos, representado por la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), defendió estos beneficios, alegando que fueron otorgados en lugar de aumentos salariales en años anteriores. Sin embargo, desde el Gobierno se refirieron a esta situación como una “provocación” por parte del sindicato, liderado por Pablo Biró. El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, criticó el paro, afirmando que “paran porque no les dieron los asientos en business”, lo que reflejó la tensión entre el gremio y las autoridades.

Franco Mogetta, secretario de Transporte, también criticó duramente al sindicato en redes, señalando que, en un vuelo reciente a Punta Cana, 10 de los 18 asientos en clase ejecutiva fueron ocupados por pilotos y sus familiares. Mogetta aseguró que estos beneficios le cuestan a los argentinos 20 millones de dólares al año, lo que incrementa las presiones sobre la administración de la aerolínea y su viabilidad financiera.