sábado, septiembre 28

A dos semanas de las PASO, los indecisos superan el 40% y persiste la incógnita sobre cómo le irá a Milei

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Nota extraída de TN por Luciana Geuna

Futurismo no hace nadie, pero hay datos sobre las PASO que te pueden servir. Las campañas tienen olas que parecen copar por momentos los posibles resultados. Ya pasó la ola de los tres tercios con Milei, la ola del Super Massa, la ola de Bullrich aguerrida marcando agenda. ¿Cuál es la ola definitiva?

Se viene el sprint final antes de las PASO

La semana que viene coparán los medios y las redes los spots que pedirán tu voto. Los candidatos te mirarán a los ojos y te van a decir “votame porque…”. La convocatoria sin disimulo y con un argumento. La única certeza a esta altura es que será una elección sin instrumento de medición. Te doy un ejemplo: faltan 17 días para ir a votar, pero cuando los encuestadores preguntan a la gente si tiene decidido su voto, más de 40% responde que no. Sobre esa duda, avanzan y preguntan: ¿pero alguno le simpatiza un poquito más que otro?

Esas respuestas se suman como intención de voto, pero es un elector cuya primera respuesta fue que no sabe todavía qué hacer. También está la situación al revés: “Le dan opciones de candidatos a votar”, el encuestado elige uno y le repreguntan: “Está muy – masomenos – poco – nada seguro de su elección”. Un 40% responde que poco o nada seguro. “Un voto sin ancla, un voto no definitivo”, lo define Shila Vilker, directora de la consultra Tres Punto Zero. Un fenómeno que es todo lo contrario del voto decidido que solían tener sobre todo Cristina y también Macri.

Si al final aparecen Macri y Cristina, ¿cambia el resultado o es el fin de ese ciclo?
Si al final aparecen Macri y Cristina, ¿cambia el resultado o es el fin de ese ciclo?

Es difícil mensurar esa voluntad. En ese universo hay mucha gente decidida que no tiene ganas de contar su voto. El resultado es lo que ya sabemos: “Estamos yendo a la elección más abierta de los últimos 20 años. Hay una disparidad enorme”, dice Ana Iparraguirre, Politóloga y Directora de Dynamis Consulting.

En este escenario, Andrés Malamud, politólogo e investigador en la Universidad de Lisboa, se anima a ser contundente. Mirá esto que me dijo:

  1. Esta elección parecía excepcionalmente abierta hace dos meses, pero terminaría siendo igual que en 2015 y 2019: un candidato peronista disputará la presidencia contra un candidato de JxC.
  2. La abstención electoral aumentará ligeramente, pero no impactará sobre los resultados.
  3. La novedad podría residir en el mapa político a nivel provincial: tres gobernaciones ya cambiaron de mano (San Juan, Neuquén y San Luis), y si cambian cuatro más (Chaco y Santa Fe, donde la oposición ganó las PASO, y Chubut y Entre Ríos donde lidera las encuestas), será récord desde 1983.

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Hay un dato adicional: la interna en Ciudad también podría cambiar el mapa político de la cuna del PRO. Si pierde Jorge Macri, el partido del expresidente dejaría al radicalismo su cuna de poder después de 16 años.

Cuántos países distintos pueden definirse según los resultados finales

Para Iparraguirre, pueden enumerarse presunciones a falta de certezas:

  • Participación más baja: podría presumirse que va a haber muchos peronistas desencantados, muchos apolíticos que no votarán en las PASO. Esto debería hacer que queden en la cancha un poco sobrerrepresentados los candidatos más extremos: Milei, Grabois, Bullrich. Hay un dato que surge de los Focus Group: los votantes de Patricia y de Milei están más entusiasmados que el resto del electorado.
  • Al Gobierno le tendría que ir peor porque las variables económicas están peor. En 2021, perdió 4 millones de votos y Massa no está pudiendo hacer una campaña coherente porque es casi una imposibilidad práctica.
Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Sergio Massa y Javier Milei. (Foto: TN.com.ar).
Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Sergio Massa y Javier Milei. (Foto: TN.com.ar).

Milei, el factor más intrigante de la elección

¿Cuánto de su intención de voto se convertirá en voto? En sus encuestas, Knopoff encontró que bajó un poco, no tanto, en las estimaciones pero “perdió toda posibilidad de crecer, se derrumbó de potencialidad a niveles psicodélicos”.

Lo que define la elección finalmente es la demanda y la oferta. En los estudios de Isonomía, la demanda es clara: la economía en un grado novedoso. Muchos argentinos y argentinas tienen trabajo, pero sienten que es un mal trabajo por cómo viven. La demanda es mucho más que la inflación. Dicen ‘garantizame que si tengo trabajo, voy a estar bien’”. Esto lo saben bien todos los candidatos.

La pregunta, dice Shila Vilker es: ¿será la elección de la desilusión o de la bronca? De esas emociones -negativas las dos-, dependerá qué candidato sea el próximo Presidente.

Según los analistas, la abstención no impactará sobre los resultados. Se trata -estiman- de la elección más abierta de los últimos 20 años.