El juicio por el intento de magnicidio contra la exvicepresidenta continúa este miércoles, con nuevos testimonios que podrían aportar detalles clave sobre los acusados y las motivaciones detrás del ataque.

El juicio por el intento de magnicidio contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner sigue avanzando este miércoles en el Tribunal Oral Federal 6. El proceso, que ha captado la atención del país, se centra en los acusados Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo, quienes enfrentan graves cargos por su presunta participación en el ataque ocurrido en septiembre de 2022.

El tribunal, compuesto por los jueces Sabrina Namer, Adrián Grünberg e Ignacio Fornari, se encuentra en plena etapa de audiencias, las cuales se realizan cada miércoles en los tribunales de Retiro. Durante la jornada de hoy, se espera la declaración de nuevos testigos que podrían arrojar luz sobre los detalles del ataque y la posible conexión de los acusados con actores políticos de peso, como la familia Caputo y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

Cristina Kirchner, quien ya declaró la semana pasada, ha mantenido su postura de que, aunque se está juzgando a los autores materiales, aún no se ha identificado a los responsables intelectuales del atentado. La expresidenta ha señalado que su objetivo es que la justicia llegue a quienes orquestaron el ataque, mencionando sospechas sobre figuras políticas relevantes, incluyendo al actual presidente Javier Milei.

El juicio se ha caracterizado por un extenso listado de más de 300 testigos, entre los que se encuentran expertos forenses, analistas de inteligencia y testigos presenciales. Estos testimonios son clave para desentrañar las motivaciones detrás del atentado y determinar el grado de responsabilidad de cada uno de los acusados.

Fernando Sabag Montiel, identificado como el autor material del ataque, es acusado de tentativa de homicidio doblemente calificado, mientras que Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo enfrentan cargos como cómplices en la planificación y ejecución del atentado. La “Banda de los Copitos”, de la que formaban parte, utilizaba un negocio de venta de copos de azúcar como fachada mientras vigilaban la residencia de la exmandataria en el barrio de Recoleta.

Dado el número de testigos y la complejidad del caso, se prevé que el juicio podría extenderse entre seis meses y un año, con audiencias semanales.