Qué factores influyen en la duración de este proceso

El organismo descompone y asimila diferentes comestibles a ritmos variados. Esto quiere decir que ciertos componentes de la comida podrían ya estar en el intestino grueso mientras otros aún se hallan en el estómago.

De acuerdo con unos estudios, los alimentos pueden demorar de 0,4 a 15,3 horas en abandonar el estómago y de 3,3 a 7 horas en cruzar todo el intestino delgado. Lo que queda de los no digeribles llega al intestino grueso, donde puede permanecer desde aproximadamente 15,9 hasta 28,9 horas, basado en una revisión publicada en el Journal of Clinical Medicine en 2023 .

Los alimentos con altos contenidos de fibra dietética, proteínas, carbohidratos complejos y grasas generalmente toman más tiempo para digerirse que aquellos que son bajos en estos nutrientes.

La fibra incrementa la masa de la dieta, lo que retrasa el avance de la comida en el sistema digestivo. Los que son muy procesados suelen digerirse con más rapidez debido a la falta de este nutriente. Paralelamente, aunque el estómago y el intestino delgado pueden procesar rápidamente los menos nutritivos, les lleva más tiempo descomponer aquellos ricos en proteínas y grasas en nutrientes aprovechables por el cuerpo.

De forma análoga, los carbohidratos complejos, presentes en granos enteros, legumbres y vegetales con almidón, tardan más en digerirse que los azúcares simples. Esto se debe a que los complejos consisten en cadenas largas y complejas de tres o más azúcares , mientras que los azúcares simples sólo incluyen uno o dos tipos de moléculas de azúcar.

Para que se haga la absorción, el cuerpo debe primero romper los carbohidratos complejos en azúcares más simples. Hay que señalar que la fibra es un tipo de carbohidrato complejo que en realidad no se descompone.

Las circunstancias de tu estilo de vida también tienen influencia en el tiempo que demora. Masticar adecuadamente y una buena hidratación son formas de optimizar el proceso digestivo. Además, la actividad física mejora la motilidad intestinal y fomenta la peristalsis, que son las contracciones ordenadas de los músculos del sistema digestivo. En contraposición, la peristalsis puede verse ralentizada durante los periodos de sedentarismo.

Por otro lado, a medida que envejecemos, es más probable que produzcamos menos ácido gástrico y enzimas, y los intestinos pueden perder algo de su movilidad. El estrés y la ansiedad también pueden prolongar el tiempo que los alimentos tardan en desplazarse, ya que alteran la motilidad intestinal y reducen el flujo de sangre a los órganos gastrointestinales.

Por último, determinadas afecciones médicas y medicamentos pueden tener un impacto. Por ejemplo, la diabetes provoca que la comida se quede más tiempo en el estómago. Algunos fármacos, como los opiáceos y los anticolinérgicos, que inhiben las señales nerviosas que controlan los movimientos musculares involuntarios, pueden hacer más lenta la digestión y provocar estreñimiento.

F: Grandes medios