De acuerdo con la UCA el 63% de los chicos y adolescentes en el país son pobres y el 16,2% son indigentes

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Según las cifras del análisis del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la casa de altos estudios se trata de los números más altos desde 2010.

Un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) reveló que el 62,9% de los niños y adolescentes en Argentina viven en situación de pobreza, mientras que el 16,2% se encuentran en la indigencia. Estas cifras representan los niveles más altos registrados desde 2010, según el estudio titulado Trazando el Camino: Privaciones Estructurales, Avances y Desafíos en los Derechos de la Infancia y Adolescencia.

El informe señala que, entre 2011 y 2023, aumentó la proporción de hogares y personas con dificultades para acceder a una canasta básica alimentaria o total. A pesar de los esfuerzos de los hogares y el apoyo de las políticas públicas, persisten desafíos estructurales en la economía que impactan significativamente las oportunidades de los hogares y sus miembros, especialmente los niños, niñas y adolescentes.

El estudio incluye un índice de pobreza multidimensional que abarca seis dimensiones de derechos: alimentación, saneamiento, vivienda, salud, información y estimulación/educación. Según este índice, el 56,3% de los niños y adolescentes fueron pobres de manera multidimensional en el último año.

Además, el 16,1% de los menores sufre de pobreza multidimensional severa, mientras que el 16,2% enfrenta indigencia monetaria infantil, aunque estas cifras eran aún mayores en 2010. Desde el Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la UCA se alertó sobre ciertas mejoras, especialmente en la pobreza multidimensional severa, gracias a avances en indicadores como la reducción del hacinamiento, la mejora de la calidad de la vivienda y el aumento en la escolarización.

El informe también destaca que el 63% de los niños y adolescentes en Argentina son pobres y el 16,2% indigentes. Además, el 32,2% de los menores en zonas urbanas sufren inseguridad alimentaria. Entre 2010 y 2017, la inseguridad alimentaria se mantuvo estable alrededor del 20%, pero aumentó significativamente en 2018, afectando a un tercio de la población infantil. En 2023, el 13,9% de los niños padecen inseguridad alimentaria en condiciones severas.