Los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano argumentaron que la iniciativa “no es la prioridad en este momento”. Ahora, el oficialismo dependerá de Maximiliano Abad y Martín Lousteau.

Antes del debate sobre la Ley Bases en el Senado, dos legisladores clave anunciaron que no darán quórum. Se trata de los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano, que responden al gobernador Claudio Vidal.

El objetivo de los senadores es votar primero el paquete fiscal y que luego Diputados ratifique esos cambios. Asimismo, exigen que se incorpore el proyecto sobre jubilaciones, aprobado la semana pasada en la Cámara baja, para sancionarlo de manera rápida. De esta forma, la sesión de mañana está en serio riesgo ya que, para conseguir el quórum, el oficialismo y los dialoguistas dependerán de Maximiliano Abad y Martín Lousteau. 

Por un lado, Abad no ha hablado en más de una semana, mientras que Lousteau presenta su propio dictamen. En este sentido, el panorama cambia y aumenta la tensión en la Cámara alta. Si uno de ellos no se presenta mañana a las 10 en el recinto, la sesión se suspenderá.

En una serie de videos confusos enviados a los periodistas acreditados en el Senado, Carambia, en compañía de Gadano, declaró: “Desde nuestro bloque, nosotros hoy creemos que la prioridad no es la ley Bases. Son los jubilados, y entendemos que primero debemos tratar el tema de jubilados con el paquete fiscal, para el eventual caso que el paquete fiscal sea aprobado y el Gobierno nacional no tenga ninguna excusa para pagarle a nuestros jubilados”.

“Le pedimos a nuestros compañeros en el Senado que mañana no den quórum para que entiendan que primero debe tratarse el paquete fiscal junto al tema de los jubilados y después la Ley Bases”, afirmó Carambia. Y remarcó: “La única forma de poder saber nosotros que el gobierno nacional va a cumplir con los eventuales cambios en una ley, como salvar Aerolíneas o sacar Ganancias, es que primero se trate una Ley, pase a la cámara de origen y después podemos tratar el resto”.

“Si no, no hay ninguna seguridad de ningún tipo de que se puedan cumplir los acuerdos”, sentenciaron.

Carambia y Gadano proponen modificar el orden del día de mañana en el Senado. Su plan es eliminar la discusión inicial de la ley Bases. En su lugar, desean comenzar con la votación del paquete fiscal, que incluye cambios propuestos por la oposición dialoguista en la comisión de Presupuesto y Hacienda. Luego, quieren incluir en el debate la propuesta sobre jubilaciones y aprobarla. Después de esto, esperan que la Cámara baja confirme el paquete fiscal sin insistir en ningún punto de la versión original, y solo entonces retomar la discusión de la ley Bases.

Esta maniobra de Carambia y Gadano es inusual en el Senado. De hecho, Carambia firmó en disidencia el dictamen de la ley Bases después de lograr varios cambios, como el aumento de las retenciones mineras y el incremento del 22% del piso de Ganancias para los patagónicos.

Una vez alcanzados estos acuerdos, todos en la Cámara alta interpretaron que esto implicaba un respaldo general a la ley Bases y al paquete fiscal. Incluso los libertarios expresaron satisfacción con los consensos alcanzados con Carambia. Sin embargo, la desconfianza hacia él persiste. Con más de cinco años por delante como miembro del Senado, su único objetivo parece ser convertirse en gobernador, sin importar las implicaciones de sus acciones en el Senado o, en este caso, en la gestión de Javier Milei.

Sin Gadano y Carambia, el oficialismo y la oposición dialoguista cuentan con 35 legisladores dispuestos a dar quórum y votar. Sin embargo, necesitarán la participación de Abad, quien parece más inclinado a asistir a la sesión, y de Lousteau, que cuenta con dictámenes de minoría sobre ambas iniciativas y se convertiría en el árbitro principal de la disputa, como siempre ha buscado. Todo esto es necesario para mantener la sesión y llegar a la votación en general de los proyectos. Luego vendrán las definiciones finales.

Si Gadano, afiliada al Pro, y Carambia cumplen su palabra, se encontrarán aliados con su principal adversario de muchos años en Santa Cruz: Alicia Kirchner, quien junto al Frente de Todos planea rechazar ambos proyectos.