El Ejecutivo solo se compromete a proporcionar urnas, dejando al Partido Justicialista con la responsabilidad de cubrir el gasto multimillonario.

El próximo 17 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones internas para elegir nuevas autoridades del Partido Justicialista (PJ). Sin embargo, surge un interrogante crucial: ¿quién asumirá los costos de este proceso electoral?

Con la presentación de las listas de candidatos por parte de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, el Gobierno Nacional dejó en claro que el Partido Justicialista deberá asumir la carga financiera de esta elección, que podría alcanzar cifras millonarias.

Fuentes de la Jefatura de Gabinete, que dependen de la Secretaría de Interior, han revelado que el Ejecutivo está dispuesto a aportar un total de 3.200 urnas para el proceso electoral. Sin embargo, este número ha sido considerado insuficiente por miembros del PJ, que argumentan que, con un padrón de más de 3 millones de afiliados, se necesitarían al menos 30 mil urnas para garantizar una votación efectiva. Para dar contexto, en las últimas elecciones nacionales se utilizaron 108 mil urnas en todo el país.

El costo estimado de la elección se sitúa alrededor de 500 millones de pesos, y el Gobierno no está dispuesto a colaborar con el financiamiento de esta interna inédita. Este evento coincide con la celebración del Día de la Militancia, que recuerda el regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina. Esto plantea una tensión considerable en el partido, que se encuentra en un contexto de divisiones internas y disputas por el liderazgo.

Recientemente, el PJ recibió una asignación de 34 millones de pesos del Fondo Partidario Permanente, con recursos adicionales destinados a diferentes provincias. Sin embargo, este monto no será suficiente para cubrir los gastos de las elecciones internas, lo que lleva a la posibilidad de solicitar un adelanto de los fondos partidarios. A pesar de las dificultades, hay un consenso dentro del partido en que es preferible realizar las elecciones este año, ya que el próximo será un período electoral crucial con legislativas de medio término en el horizonte.

El tiempo apremia, ya que quedan menos de 30 días para las elecciones internas. Aún no se ha definido la logística y los lugares de votación, lo que podría derivar en una postergación del proceso electoral. Las distintas facciones del PJ son conscientes de los desafíos que enfrentarán en esta contienda. En particular, los apoderados de la lista que respalda a Cristina, así como los que apoyan a Quintela, están trabajando en la organización de un evento que se considera complejo debido a la cercanía de la fecha.

Mientras tanto, el ambiente se vuelve más tenso con las recientes declaraciones del presidente Javier Milei, quien realizó afirmaciones contundentes sobre el kirchnerismo. Su comentario de querer “meterle el último clavo al cajón del kirchnerismo” ha sido objeto de una fuerte reacción por parte de la exmandataria, quien utilizó sus redes sociales para responder a las provocaciones, reafirmando la polarización en el escenario político actual.

Este contexto revela la presión que enfrenta el PJ, no solo en términos de organización electoral, sino también en la necesidad de responder a los desafíos políticos planteados por la actual administración y la oposición. La semana próxima, se espera una reunión clave con la Junta Electoral para discutir la participación y la transparencia en el proceso electoral, donde las facciones del partido tendrán que encontrar una manera de navegar las dificultades y asegurar que las elecciones se realicen sin contratiempos.