El sistema burocrático interno que desconocía Milei y que ahora le juega una mala pasada a Pettovello

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Nota extraída de La Nación por Federico Gonzalez del Solar

A través de la Gestión Documental Electrónica (GDE), la ministra de Capital Humano debió estar al corriente del stock de alimentos que le dejó el gobierno anterior; de la campaña a la gestión

La irrupción de Javier Milei como un outsider del sistema político tradicional, repudiado por buena parte de los argentinos a raíz de los sucesivos fracasos en materia económica y a la escasa transparencia institucional, fue uno de los elementos que lo catapultó a la Presidencia de la Nación contra todos los pronósticos. Pero ese factor, positivo a primera vista, no dejaba ver el “lado oscuro de la luna”. Esto es, la inexperiencia en el control del aparato del Estado y de sus mecanismos burocráticos internos.

Esa característica se traslada a varios ministros del Gabinete nacional, que tampoco tienen experiencia previa en la administración gubernamental. El caso más evidente, por estos días, es el de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, que según pudo establecer LA NACION, debió estar al corriente de la cantidad de alimento acopiado en los galpones de su ministerio, que no se repartió en tiempo y forma a los comedores comunitarios.

Una anécdota de la última campaña presidencial sirve como antecedente de esta situación. Corría noviembre de 2023 y Sergio Massa trabajaba en consolidar una imagen de político avezado para proyectarla sobre el debate y así eclipsar a su rival, el por entonces primerizoMilei. Sobre la falta de pergaminos del actual Presidente, el excandidato de Unión por la Patria (UP) planeaba contrastar su largo recorrido en la gestión pública y establecer un fino –y muy desafiante– equilibrio que le permitiera desligarse del declive al que fue sometida la gestión de Alberto Fernández.

Milei y Massa en el último debate antes del balotaje presidencial de 2023

Milei y Massa en el último debate antes del balotaje presidencial de 2023GODOY CAMILA/TÉLAM – GODOY CAMILA/TÉLAM

Fue así que uno de los engranajes del mecanismo burocrático emergió desde la sala de maquinas estatal hacia el fragor de la contienda electoral. “¿Sabés qué es el GDE? Contanos qué es el GDE”, lo apuró Massa a Milei en el duelo dialéctico que los enfrentó a poco días del balotaje. Para ocultar su desconocimiento e incomodidad, el economista libertario recurrió a la ironía: “A ver explícame. Vos que lo sabés todo”, retrucó. Massa no acusó recibo y dio por concluido el pequeño intercambio sin ahondar en el sistema aludido: “Cómo va a presentar una ley si no conocen ni el sistema de trámites de expedientes del Estado”, remató, apartando la vista de su rival y dirigiéndose a una audiencia que arañó los 50 puntos de rating.

Al día siguiente, los portales de noticias explicaron qué era la Gestión Documental Electrónica (GDE), un sistema del que muy probablemente el 99.02% del padrón electoral que para noviembre de 2023 no trabajaba en la Administración Pública Nacional, nunca había escuchado hablar.

Muchas de las primeras impresiones que dejó el tercer y último debate indicaban que Massa había salido mejor parado de la contienda pero luego, con el correr de los días, se abrió lugar a un segundo juego de lecturas según las cuales el aplomado ministro de Economía hizo uso y abuso en la escenificación de sus recursos, lo que llevó a una parte del electorado a empatizar con el candidato principiante.

De la campaña a la gestión

Un camino similar al de Milei trazó Pettovello, una amiga personal del Presidente, quien dejó la planicie pública propia de la esfera privada para, sin período de adaptación, ocupar una de las sillas más delicadas del rediseñado Gabinete libertario.

Por intermedio de distintas voces oficiales, y en juego con aquella inexperiencia, la titular de Capital Humano alegó desconocimiento en los dos frentes que sacudieron su ministerio, la dejaron tambaleando en su cargo y forzaron enérgicas muestras de apoyo público por parte de otros miembros del Gabinete: los contratos que el área bajo su ala realizó a través de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) –investigados hoy por la Justicia–; y los más de 5000 mil toneladas de alimentos almacenados en los galpones que Capital Humano tiene en Tucumán y la provincia de Buenos Aires.

Protesta en Villa Martelli en el galpón donde se guardaban los alimentos almacenados por el Gobierno

Protesta en Villa Martelli en el galpón donde se guardaban los alimentos almacenados por el Gobierno

Promediando diciembre, por intermedio de la GDE, la gestión saliente dejó en manos de la ministra Pettovello una auditoría interna que dibujaba un estado de situación del Ministerio que recibía.

En el informe se detallan, entre muchos otros aspectos, cierres de libros, certificaciones de compras, cantidad de juicios en trámite, arqueos de fondos de las distintas dependencias –en las cuales quedaron números prolijamente redondos-, las nóminas de los trabajadores contratados bajo convenio con el Programa de las Naciones Unidas (PNUD) y el Banco Internacional de Desarrollo (BID); y una serie de inventarios dentro de los cuales resalta el stock de alimentos acopiados en los depósitos del Ministerio. Todo, a tiro de lectura dentro del sistema GDE.

“A la señora ministra (por Pettovello):Tengo el agrado de dirigirme a Usted, a fin de informarle que se encuentra disponible para su conocimiento el Informe de Auditoria N°27/2023 correspondiente al Cierre por Cambio de Administración 2023 – CIRSI-2023- 9-APN-SNI#SIGEN Ministerio de Desarrollo Social – SAF 311, destacando que dentro del mismo se encuentran como archivos de trabajo los anexos correspondientes”, le lee en la documentación que fue entregada a la ministra, a la cual tuvo acceso LA NACION.

La presentación de la auditoría interna que fue entregada a la ministra a través del GDE

La presentación de la auditoría interna que fue entregada a la ministra a través del GDE

Como parte de ese empalme administrativo propio de cada cierre de gestión figuraba, por ejemplo, que se hacía entrega de 9 amoladoras angulares, 146 botas de lluvia, 1.400 destornilladores Philips, otros 20 destornilladores planos, dos hidrolavadoras, seis moto guadañas y 37 motosierras, entre otros muchos objetos inventariados que la gestión saliente le entregaba a la entrante.

Además, en uno de los anexos de la auditoría interna, se adjuntaba la cantidad de alimentos acopiados en sendos galpones del ministerio: más de 4 millones de kilos de alimentos almacenados en las 9 naves del depósito de Villa Martelli, donde sobresalen los más de 460 mil kilos de leche en polvo; y más de 1 millón y medio de kilos en el galpón de Tafí Viejo, donde más de la mitad de la mercadería también se corresponde a ese alimento.

Con algunas diferencias en el stock –el Ministerio repartió parte de aquellos alimentos– esa información se hizo pública en el marco de la causa que el dirigente social Juan Grabois inició contra la ministra en febrero, y le valió la salida a un silente Pablo de la Torre, responsable directo de la retención de los alimentos, según el escalafón ministerial, quien también quedó bajo la mira de la Justicia por otra causa que la propia Pettovello inició contra su administración.

Sandra Pettovello y Pablo De la Torre, cuando todavía actuaban en sintonía como ministra y secretario

Sandra Pettovello y Pablo De la Torre, cuando todavía actuaban en sintonía como ministra y secretario

Alineados con la información que los funcionarios del expresidente Alberto Fernández le entregaron a la ministra, algunos de los laderos de De la Torre deslizan por lo bajo: “Ellos sabían todo”.

El reparto de culpas que ensayan como defensa cerca del exsecretario de Niñez, Adolescencia y Familia excede a la problemática alimentaria. El otro cimbronazo que abrió grietas dentro del Ministerio fue la exposición de su vínculo con la OEI, cuya escalada se aceleró con las presuntas irregularidades en la contratación de personal dentro de la secretaría social del exfuncionario De la Torre. No obstante, los contratos OEI anidaban por fuera de su sector: otros funcionarios del megaministerio, algunos muy cercanos a Pettovello, también le facturaron al organismo internacional por los servicios que prestaban al ministerio, por arriba de la parcela que cuidaba Pablo de la Torre.

Las alarmas ministeriales se encendieron solo cuando Capital Humano, en el marco de la causa, debió dar respuesta a un pedido de la Justicia. La respuesta oficial arrojó a la intemperie a otros funcionarios de peso que pusieron su voz por la de la ministra Petovello y aseguraron públicamente que los depósitos de alimentos se encontraban vacíos.

Según la posterior rectificación oficial modelada sobre el sinceramiento de la información entregada a la Justicia, y según los informes de la auditoría interna lanzada sobre el cierre de la anterior gestión, y facilitada a la gestión entrante a través del GDE, se trataba de mala información.