En la Cámara Alta restan por confirmarse cinco bancas aún vacantes que terminará por darle la mayoría a uno de los partidos
El martes cerró los comicios electorales de medio término con un clima de desazón en el Partido Republicano que esperaba lograr una victoria arrolladora por sobre los demócratas, fuertemente afectados por la mala gestión en materia económica del presidente, Joe Biden.
Lo estadounidenses fueron a las urnas para votar la renovación de la totalidad de la Cámara de Representantes (435 diputados), un tercio del Senado (35 senadores) y 36 gobernadores, más diversas autoridades locales y estatales. Unas elecciones claves de cara a las presidenciales de 2024 que estuvieron marcadas por la polarización y la presencia del ex presidente Donald Trump que no compitió por ningún cargo pero sí sirvió de termómetro para sus aspiraciones a ser mandatario nuevamente.
Con los números actuales, los “rojos” alcanzan 199 escaños en Diputados contra los 172 de los “azules”. Con estas cifras, las proyecciones indican que la oposición lograría el control de la Cámara de Representantes, escenario que ayer por la noche fue confirmado por el líder de la minoría republicana, Kevin McCarthy.
La batalla en el Senado
En el Senado la situación es otra y los republicanos, que hasta el lunes a la noche se frotaban las manos porque recuperarían el control de la Cámara Alta, dificultando aún más el plan de gobierno de Biden, hoy siguen minuto a minuto el poroteo que hoy favorece a los demócratas. Hasta ahora el oficialismo tiene asegurados 48 escaños y los republicanos 47. Ninguno todavía alcanza el número mágico que les permita tener el control de la cámara: para los primeros es de 50 senadores ya que en caso de igualdad en la votación, quien desempata es la vicepresidente, Kamala Harris.
Todavía restan por confirmarse 5 bancas que corresponden a los estados de Nevada, Arizona y Georgia, que podría ir a una segunda vuelta.