viernes, septiembre 20

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA🌾
Lucas (24,13-35):

AQUEL mismo día, el primero de la semana, dos de los discípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos setenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo:
«¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».
Ellos se detuvieron con aire entristecido. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió:
«¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe lo que ha pasado estos días?».
Él les dijo:
«¿Qué».
Ellos le contestaron:
«Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana la sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».
Entonces él les dijo:
«¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria».
Y, comenzado por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.
Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo:
«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista.
Y se dijeron el uno al otro:
«¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».
Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Palabra del Señor
🌾 MEDITACION DEL EVANGELIO🌾

Lc. 24, 13-35: Hacia tu Emaús.

1) Hablaban sobre lo ocurrido: Es relatar lo sucedido. Como a vos, que muchas veces en tu cabeza aparece el relato de lo que va sucediendo en tu vida, pero en donde parece todo caído y perdido. Hoy ¿cómo es el relato de tu vida?.

2) Impedía que sus ojos lo reconocieran: Jesús camina con vos, pero es verdad que cuesta reconocerlo. Cuesta ver a Jesús en el caminar de tu vida, pero está. Te aseguro que está y camina al lado tuyo, pero quiere que vos le contés lo sucedido, que vos saques lo que estás viviendo. No te desanimes, contale a Jesús, háblale, decile lo que te pasa. Él te puede ayudar.

3) Arde tu corazón: Hoy pidamos a Jesús que nos ayude a reconocerlo. Que arda nuestro corazón en cada Eucaristía. Que no nos agarre esa rutina que nos enfría y nos lleva a vivir una misa solo de mero cumplimiento (mitad que cumplo y mitad que miento). Hoy Jesús te pedimos que arda el corazón de cada uno, así llenamos este mundo de tu amor. Algo bueno está por venir.