viernes, octubre 18

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA🌾

Lucas 6,1-5

Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano.
Unos fariseos les preguntaron: «¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?»
Jesús les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros.»
Y añadió: «El Hijo del hombre es señor del sábado.»

Palabra del Señor
🌾 MEDITACION DEL EVANGELIO🌾

Lc. 6, 1-5: Estructuralismo.

1) Atravesó: Esto refiere el caminar de tu vida. Atravesar y seguir, como lo hace Jesús en el evangelio de hoy, aunque te cueste. En esto tenés dos grandes enemigos que pueden complicarte la vida. Ambos están dentro de vos: la depresión y la ansiedad sofocante. La ansiedad sofocante es aquella ansiedad que paraliza. La que te llena de temor y te lleva a fantasear, a imaginarte cosas que no son y empezar a sacar conclusiones cerrándote en ellas… Eso mata tu vida y lleva a olvidarte de vos como ser libre y con proyecto de ser feliz. Por otra parte, está la depresión: la cual es distinta a la tristeza, ya que es un entristecerse sin motivos y cerrarse en un mundo de negatividad. Esto también rompe tu mirada a la vida. Ambos son extremos que te los presento, pueden tocar a tu puerta.

2) No está permitido: Por lo que te hablaba recién podés caer con la religión en algo estructurado o fanaticoide, en donde llegas a usar a Dios para tu propia estructura, o para tu propia ansiedad o para tu propia depresión. No te cierres a lo nuevo, y aprende a solucionar tus necesidades pidiendo ayuda y sabiendo que siempre estaremos necesitados del otro. Jesús te invita a vivir la vida y que seas normal, natural y no estructurado. Hoy Dios te propone solucionar tu hambre.

3) No se puede: Podemos caer en la tentación de ser como policías o aduaneros, en donde todo lo remitimos al “se puede” o “no se puede”, y miramos incluso a los que nos rodean desde ahií. Ser de Dios implica caminar en la libertad y saber uno mismo asumir sus límites y sus necesidades, eso se llama madurez de vida. Comprender hasta dónde puedo y hasta dónde no, lo que yo puedo y lo que no puedo, eso es ser libre, siendo simplemente yo. Algo bueno está por venir.