jueves, mayo 16

EVANGELIO DEL DÍA

0
88

EVANGELIO DEL DÍA🌾

Lucas 7,1-10

En aquel tiempo, cuando terminó Jesús de hablar a la gente, entró en Cafarnaum. Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado, a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, para rogarle que fuera a curar a su criado.
Ellos presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente: «Merece que se lo concedas porque tiene afecto a nuestro pueblo y nos ha construido la sinagoga.»
Jesús se fue con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió a unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes; no soy yo quién para que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir personalmente. Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes, y le digo a uno: «ve», y va; al otro: «ven», y viene; y a mi criado: «haz esto», y lo hace.»
Al oír esto, Jesús se admiró de él, y, volviéndose a la gente que lo seguía, dijo: «Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe.»
Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.

EVANGELIO DEL DÍA🌾

Lucas 7,1-10

En aquel tiempo, cuando terminó Jesús de hablar a la gente, entró en Cafarnaum. Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado, a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, para rogarle que fuera a curar a su criado.
Ellos presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente: «Merece que se lo concedas porque tiene afecto a nuestro pueblo y nos ha construido la sinagoga.»
Jesús se fue con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió a unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes; no soy yo quién para que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir personalmente. Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes, y le digo a uno: «ve», y va; al otro: «ven», y viene; y a mi criado: «haz esto», y lo hace.»
Al oír esto, Jesús se admiró de él, y, volviéndose a la gente que lo seguía, dijo: «Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe.»
Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.

Palabra del Señor
🌾 MEDITACION DEL EVANGELIO🌾

Lc. 7, 1-10:

💫Una persona humilde y servidora llega a sanar.

1) El centurión:

En el inicio del Evangelio, vemos que ni siquiera se anima a ir él personalmente a buscarlo a Jesús, por el simple hecho de que ni era judío. Es una persona que tiene poder, pero para llegar a Jesús no usa el poder, sino más bien, ve sus desventajas. Qué interesante esto, cuánto vos y yo tenemos que aprender de esto. Con la prepotencia y con los cargos no ganamos nada, es por la vía de la humildad donde logramos respuestas en la vida. Cuántas veces queremos hacernos valer de lo que hacemos o de lo que somos para tener privilegios o atenciones. Este centurión va por otra vía, es por aquí donde consigue una respuesta de Dios. A vos ¿te gusta remarcar quién sos o qué haces, ante los demás, para salirte con la tuya?

2) Jesús va:

Sabe que lo necesitan. Jesús callejea, no pone excusas ni se pone a lamentar porque llegó cansado. Sabe que alguien lo necesita y va. Es práctico y efectivo, no burocrático. No dice: «para, tráeme una nota y déjamelo con mi secretario Juan o Pedro». Tampoco dijo: «es centurión, pertenece a la zona 8 que le pida al encargado de…». Ante una necesidad, hay una respuesta, una solución. Esta es una enseñanza para vos y para mí. Cuántas veces nos hacemos vuelteros cuando necesitan de nosotros, hasta nos hacemos burocráticos ante una necesidad, inclusive de vida o muerte. No seamos perezosos ni burocráticos ante una necesidad. Reaccionemos cuando un hermano nos necesita porque está luchando por vivir, porque necesita de nuestra ayuda para seguir caminando y viviendo.

3) La fe:

Es la fe lo que ayuda en la vida, lo que sana, lo que anima, lo que da fuerzas. Es la fe la que nos lleva a grandezas impresionantes. La fe nos hace que ayudemos a muchos que ni siquiera sabemos o conocemos. Es la fe la que permite que el hombre pueda superarse y vivir con total libertad. La fe permite ver aquello que con los simples ojos no podés ver. Porque “lo esencial es invisible a los ojos”. Algo bueno está por venir.