El músico rosarino criticó al castrismo, luego de que un documental sobre él fuera censurado por el régimen cubano.

Fito Páez, artista reconocido por su respaldo al kirchnerismo y a regímenes como el chavismo y el castrismo, generó sorpresa esta semana cuando criticó fuertemente al Partido Comunista Cubano, luego de sufrir la autocracia en carne propia.

El documental “La Habana de Fito”, realizado por el cineasta cubano Juan Pin Villar, buscaba reflejar la relación del artista con el régimen isleño, al haberse convertido en un personaje ilustre, por sus numerosas visitas y respaldo abierto al castrismo. El 23 de abril, en el espacio cultural de La Habana, se prohibió la proyección de tres documentales, entre ellos “La Habana de Fito”, donde el intérprete había hecho una referencia crítica al fusilamiento ordenado por Fidel Castro contra tres jóvenes cubanos que secuestraron un barco para huir a Miami en el año 2003.

Las críticas de Páez no eran sido nuevas en la izquierda latinoamericana: numerosos intelectuales de esta corriente, incluyendo a Gabriel García Márquez, habían cuestionado la pena de muerte impuesta por el régimen.

Eventualmente, el documental fue transmitido por la televisión estatal, pero cortando las partes que no se encuadraban dentro del discurso del régimen. Los máximos funcionarios castristas, además, dispararon contra Pin Villar, argumentando que había manipulado al cantante.

Furioso, Páez expresó que él “nunca se dejó manipular”, y que sus expresiones censuradas representaban su verdadera forma de pensar. En una entrevista con el medio español El Toque, advirtió: “Parece una especie de táctica de los Servicios de Inteligencia antiguos. Intentan instalar la idea de que Juan Pin me manipula para que yo diga lo que digo allí”.

Las expresiones críticas no quedaron ahí. El compositor continuó: “Yo soy amigo del pueblo cubano, no soy amigo de ellos. Ellos no representan al pueblo cubano. Yo sí soy amigo del pueblo cubano. Y voy a estar allí hasta las últimas consecuencias con lo que haya que hacer”.

“La palabra manipulación va a cobrar valor, aquí y ahora, porque hacen la pasada del documental en la televisión abierta, de un día para el otro, sin permiso de Juan Pin; sin tener los derechos musicales, sin tener mi permiso. Entonces, se convierte en una provocación… Te diría en un sentido ‘menor’, porque parecen niños. No parece una charla adulta de alguien que quiere tener realmente una discusión al respecto, como lo haría cualquier intelectual o persona ligada seriamente a la vida estatal o a la vida de un Ministerio de Cultura”, señaló.

Aludiendo al tiempo que lleva el castrismo en el poder, el rosarino disparó: “Ya pasaron 64 años, caballeros. Ya está, ya se terminó. Basta de echarle la culpa al bloque norteamericano. Hay que buscar otras formas, una manera más inteligente para que no siga muriendo gente de hambre ni en el mar”. Y concluyó: “A veces los sistemas fracasan y uno queda atrapado en una enredadera. No vale la pena una sola vida humana para que nadie sostenga una idea en favor de su propia vanidad. Ellos piensan que son Cuba, pero la burocracia cubana no es Cuba. ¿En qué momento las banderas ideológicas representan la vida de los pueblos? Eso no ha sido más que vanidad y sangre derramada en la historia, nada más”.