sábado, octubre 5

Inflación: diferencia entre noticia y novedad

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Nota extraída de La Nación por Juan Carlos de Pablo

Un 3,9% mensual, durante 12 meses, implica 58% a lo largo del año. No es un pronóstico, pero sugiere la escasa credibilidad que genera la hipótesis inflacionaria con la cual se elaboró el presupuesto para 2022.

El martes pasado, el Indec dio a conocer su estimación de la tasa de inflación, a nivel precios al consumidor, verificada entre diciembre de 2021 y enero de 2022.

Ésta fue la noticia. La novedad hubiera sido que el instituto hubiera afirmado que, en promedio, durante el período mencionado, los precios al consumidor aumentaron 1%, o 7%. Dijo 3,9%, lo cual no constituyó ninguna novedad, porque coincidió con las estimaciones privadas.

¿Por qué es importante esta distinción? Porque lo que afectan las decisiones no son las noticias, sino las novedades. Algo parecido ocurre con el valor nominal del dólar. En un país inflacionario como el nuestro, puede ser noticia que el precio del dólar en pesos aumente; lo que sería una novedad es que bajara.

Volvamos a la inflación. Sorprendería que el Indec hubiera informado que la tasa mensual fue de 1% o de 7%; pero en el plano decisorio, la reacción en ambos casos no sería la misma. Porque si hubiera dicho que en el mes pasado los precios aumentaron 1% pensaríamos que la estimación fue dibujada; lo cual nos preocuparía, porque no es el “deporte” al que se dedica Marco Lavagna.

En cambio, si dijera que entre diciembre y enero pasados, los precios subieron 7% pensaríamos que la inflación subió un escalón, aumentarían las incógnitas y ajustaríamos los precios “por las dudas”. Los argentinos no somos más inteligentes que los americanos, pero en materia inflacionaria, por nuestra historia, somos más sensibles.

Un 3,9% mensual, durante 12 meses, implica 58% a lo largo del año. No es un pronóstico, pero sugiere la escasa credibilidad que genera la hipótesis inflacionaria con la cual se elaboró el presupuesto para 2022.

Lo que tampoco es novedad es que, cada vez que el Indec informa su estimación de la tasa de inflación, el tema de su reducción aparece en los medios de comunicación. Los periodistas preguntan, “¿qué se puede hacer al respecto?” La historia argentina es nítida: la tasa de inflación cayó de manera significativa cuando el programa fue implementado por un gobierno creíble, que contaba con un equipo económico idóneo. Ninguna de las dos cosas existe hoy en la Argentina.

En una palabra, lo mejor que nos puede pasar a los argentinos es que, hasta el final del actual gobierno, la inflación sea noticia pero no novedad. Porque esto implicaría que seguimos con el incómodo, pero no desesperante, 4% mensual, pero sin espiralizar.