Los palestinos llamaron a reformular su sistema político. Mahmoud Abbas es un actor clave en la crisis, pero está cada vez más aislado ante el avance de las protestas contra Israel y contra su propio gobierno.
Israelestá decidido a borrar del mapa a Hamas. Lo quiere el gobierno de Benjamin Netanyahu, el ejército y el pueblo israelí. Pero la anunciada invasión a Gaza se posterga por las negociaciones sobre los rehenes, tácticas bélicas y las presiones de la Casa Blanca por generar una estrategia de salida.
La pregunta que sale de Washington es clara: ¿después de Hamas qué?
Netanyahu no cuenta con un plan. Sobre su despacho todas las opciones le parecen malas. Teme que el futuro escenario de la Franja de Gaza sea aún peor. Hoy todo apunta a un mal menor: el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, el debilitado líder palestino que gobierna Cisjordania sin respaldo popular, pero con reconocimiento internacional.
Sin embargo, los palestinos creen que la cuestión es mucho más compleja. “La escala de lo que está sucediendo es mayor que la de cualquier persona. Abbas y todos los líderes palestinos deben comprender que después de esta catástrofe en curso, el pueblo palestino quedará marcado y necesitará mucho más de sus líderes”, dijo a TN la exvocera de la Autoridad Nacional Palestina Nour Odeh.
“Necesitamos reimaginar y reformular el sistema político palestino para que sea unido, legítimo y capaz de reflejar y defender los derechos y aspiraciones del pueblo”, afirmó la activista, fundadora del comité de la Asamblea Nacional Democrática de Palestina.
Israel y Estados Unidos delinean cómo será Gaza después de Hamas
Palestina está hoy dividida en dos. En Gaza gobierna de facto desde 2006 la organización islámica Hamas, considerada terrorista por Israel y Estados Unidos, pero no por la ONU. En Cisjordania, el otro enclave palestino en gran parte ocupado por Israel, la administración está en manos del más moderado movimiento Al Fatah, de Abbas.
Pero el líder palestino, de 88 años, está cada vez más aislado ante el avance de las protestas contra Israel y su propio gobierno.
Netanyahu tiene varias propuestas sobre su despacho. Una de ellas es transferirle el poder de Gaza a Abbas una vez que Hamas sea “aniquilado”.
Según el portal israelí Ynet, el gobierno de Joe Biden está de acuerdo con esa posibilidad, pero pone un único condicionamiento: que Israel declare que Cisjordania y Gaza son parte de un futuro Estado palestino.
Pero los analistas palestinos coinciden en que Abbas es demasiado débil. Carece de poder como para extender su dominio a Gaza, donde Hamas es fuerte, aun después de su brutal ataque en el norte de Israel del 7 de octubre y los bombardeos israelíes que siguieron en represalia sobre el enclave.
Mkhaimer Abu Saada, analista y profesor de ciencias políticas de la Universidad de Al-Azhar de Gaza, dijo a TN que Abbas debe cumplir otro rol muy diferente en la crisis, más que pensar en extender su poder. Según afirmó, “debería utilizar su diplomacia con los países árabes y la comunidad internacional para presionar a Israel para que establezca un alto el fuego inmediato”.
“Los palestinos en Gaza están muriendo, sangrando y está ocurriendo una catástrofe humana como resultado de la guerra israelí contra Gaza. No ha desempeñado un papel activo para salvar las vidas de palestinos inocentes en Gaza”, aseguró.
Mahmoud Abbas, “un pollito sin plumas”
Abbas es visto por Israel como un dirigente débil. La percepción no es nueva. Ya en 2005, tras la salida israelí de Gaza, el entonces premier Ariel Sharon lo comparó con “un pollito sin plumas”. Un año después, Hamas ganó las elecciones parlamentarias y enseguida tomó el control total del enclave tras una guerra relámpago con Al Fatah.
Las alternativas a Abbas que se abren en el despacho de Netanyahu se asemejan a una “pesadilla”:
- La continuidad de Hamas en el poder en Gaza, pero con su estructura bélica arrasada por las fuerzas militares israelíes.
- Extender en el tiempo la ocupación israelí, que no funcionó en el pasado y que provocó dos Intifadas (levantamientos populares).
Los temores de Israel tras un eventual derrocamiento de Hamas
El mayor temor es que Abbas, en caso de aceptar tomar el poder de Gaza tras un eventual derrocamiento de Hamas, pierda el control del enclave a los pocos meses y que el grupo islámico vuelva adueñarse del gobierno local.
Según Ynet, funcionarios del gobierno de Biden le preguntaron a Abbas si estaba dispuesto a volver a controlar la Franja de Gaza. Su respuesta fue contundente: “No regresaré encima de un tanque israelí”.
Sobre la mesa, el presidente palestino puso una serie de condicionamientos, como un amplio acuerdo político palestino y que Israel reconozca que ambos enclaves son parte de un futuro Estado palestino para avanzar en ese objetivo. Pero su oferta choca con la negativa de Netanyahu.
La crisis vuelve siempre a empezar por donde parecía que llegaba a su fin.