Nota extraída de TN por Melina Manfredi
Los expertos prevén que la economía deje de caer hacia mitad de año, siempre que el Gobierno cumpla sus objetivos fiscales. Recién en el último trimestre se podrían empezar a ver los primeros datos positivos.
Tras la publicación de Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) de diciembre, que mostró una baja de 3,1% en el mes y una caída de 4,5% en el año, los economistas ya empiezan a analizar hasta cuándo seguirá la recesión y en qué momento podría haber un rebote.
El presidente Javier Mileiya había anticipado meses duros, con estanflación, es decir, sin crecimiento económico y con altos ajustes de precios. Hace algunos día anticipó que el gráfico de la economía tendrá forma de “V”, es decir, que habrá un caída estrepitosa seguida de una recuperación en los mismos términos.
“Mientras que Milei asegura que la recuperación de la actividad tendrá forma de ‘V’, tanto del lado fiscal como comercial, la pregunta sobre la sostenibilidad es la que sobrevuela entre todos los analistas y bancos que siguen este mercado. No se podría depender indefinidamente de la licuación acelerada del gasto social en el futuro (incluso sin cambiar la fórmula de movilidad) sin que mejoren los ingresos”, advirtió GMA Capital en un reporte para sus clientes.
Hasta cuándo caerá la actividad económica
El consenso entre los economistas es que el primer trimestre será definitivamente recesivo. A partir de abril, con el aporte del campo, podría frenar la caída. Y en la segunda mitad del año se empezaría a vislumbrar el rebote.
“Los primeros datos primarios de 2024 sugieren una continuidad de las caídas mensuales e interanuales para los principales sectores productores de bienes, lamentablemente no inesperada, con excepción de agropecuario, y del producto en general”, apuntó la consultora Outlier. Y agregó que la demanda seguirá retraída hasta marzo: “Al contrario, el ingreso real disponible está cayendo producto del proceso de ajuste de precios relativos por la vía inflacionaria y el ajuste fiscal”.
“Del lado de la oferta, sectores productores aun parecen encontrarse complicados en su dinamismo por el acceso restringido al mercado de cambios para el pago de importaciones y con márgenes de rentabilidad acotados en el caso de la exportación. En consecuencia, se espera un primer trimestre de 2024 con continuidad de la caída respecto del trimestre inmediatamente anterior e incluso respecto del mismo trimestre del año pasado”, añadió la misma consultora.
En el segundo trimestre, la principal expectativa positiva está puesta en la contribución del campo que, sin sequía, ingresará una buena cantidad de dólares. No obstante, luego de la ola de calor ya no se habla de cosecha récord y, además, los precios internacionales están muy deprimidos. Así, el aporte será bueno, pero no extraordinario. Del lado del consumo y la inversión, los analistas de Outlier no prevén una recuperación entre abril y junio.
Para Equilibra, más allá de las buenas perspectivas de la cosecha, la actividad solo podría recuperarse en el segundo trimestre si mejora el salario real producto de una fuerte apreciación cambiaria. Es decir, si el Gobierno atrasa el dólar oficial. Los analistas de la consultora creen que eso no sucederá debido a la fragilidad del frente externo.
Cuándo rebotará la economía argentina
Ya entrado el segundo semestre, los economistas empiezan a divisar alguna clase de rebote. “Pese a que el impacto positivo de la producción agropecuaria comenzará a diluirse, las perspectivas de actividad para el segundo semestre son más auspiciosas. Si el Ejecutivo consolida el ajuste fiscal y termina de ordenar los precios relativos sin atrasar en demasía el tipo de cambio real, es probable que comiencen a observarse brotes verdes hacia la primavera. Pero si la economía no termina de estabilizarse la recuperación sería ardua y lenta”, señaló Equilibra.
“Sería deseable que en el segundo semestre haya una recuperación de la actividad en forma de ‘V’, pero para que ello suceda deberían sortearse satisfactoriamente múltiples obstáculos”, afirmaron sus analistas, que indicaron que ese sería un escenario optimista. Si bien no descarta esa chance, en el supuesto base de Equilibra, la actividad tiene una forma más parecida a una “U”.
Por su parte, Outlier coincidió en que el repunte podría empezar en el segundo semestre, aunque se cristalizaría en los últimos tres meses del año. Todo ello sujeto a que el Gobierno avance con la unificación cambiaria que le prometió al FMI para junio.
Si lo hiciera, la consultora prevé un mayor dinamismo en la oferta de bienes y servicios, pero, según la magnitud del ajuste del tipo de cambio y los efectos del plan de estabilización sobre los ingresos, se determinará en qué momento la actividad comienza a repuntar. “El consenso parece indicar que, con unificación en junio/julio, la recuperación de la actividad recién llegaría en el último trimestre del año”, apuntó.
En cambio, si no hubiera unificación cambiaria en el segundo semestre, Outlier consideró que “el dinamismo de la oferta y la inversión seguirán acotados y en todo caso sería una recuperación anticipada, pero más lenta y menos sustentable, de los ingresos reales y el consumo”.
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