Economía decidió aplicar un ajuste del tipo de cambio nominal oficial. Y el BCRA ordenó una suba de tasas. Los daños colaterales impactan en la deuda de la entidad monetaria.
El Ministerio de Economía decidió ayer aplicar un ajuste del 22% al tipo de cambio nominal oficial. En el actual contexto la mejora del tipo de cambio real será, obviamente, efímera. Pero solo cuenta llegar al 22 de octubre. En simultáneo, el Banco Central (BCRA) acompañó la devaluación con una suba de la tasa de interés de política monetaria de 21 puntos porcentuales hasta el 118% nominal anual (209% efectiva anual). Hasta acá nada distinto de lo visto, en situaciones similares, en los últimos 60 años. Sin embargo, la suba de la tasa tiene daños colaterales solo vistos en colapsos monetarios y económicos terminales.
Es que la tasa de referencia del BCRA impacta directamente sobre el stock de Pasivos monetarios remunerados del propio ente monetario. Se trata de la deuda remunerada total del BCRA compuesta por los Pases pasivos (colocaciones a un día de plazo de los bancos en el BCRA) y por las Letras y Notas de liquidez (en su mayoría Leliq que son títulos a 28 días de plazo). Entre ambos conceptos, el BCRA tiene un stock de deuda remunerada que ya supera los $18 billones. Informate más
Para dimensionar esto vale con señalar que la Base Monetaria total hoy es de $6,4 billones (conformada por el dinero en efectivo en poder del público y los encajes bancarios, y por la cual el BCRA no paga ningún interés, más bien cobra, el llamado impuesto inflacionario). Hoy la relación entre los Pasivos remunerados y la Base supera el 2,8. Hasta ayer esta deuda pagaba una tasa de interés nominal del 97% anual (155% efectiva anual). El BCRA la había subido a mediados de mayo desde el 91% anual. Había comenzado el año en un nivel de 75% mantenido desde setiembre del 2022, luego a mediados de marzo la subió al 78% y casi a fines de abril al 81% por unos pocos días para llevarla rápidamente al 91%.
En dicho lapso la deuda remunerada del BCRA empezó a escalar, por la propia dinámica monetaria, fiscal y cambiaria y por los intereses crecientes. En 2022 esta deuda había crecido en $5,3 billones mientras que en los primeros siete meses del 2023 ya aumentó en $7,6 billones. Si se proyecta la situación actual para fin de año el total superará ampliamente los $24 billones. Por ende, se está cerca ya de que cada seis meses, a las tasas de interés vigentes, los Pasivos remunerados generen el equivalente a más de una Base entera. Sin duda, una dinámica insostenible en el mediano plazo y un gran tema a resolver para el equipo económico que desembarque el 10 de diciembre.
Todo esto nace de la absorción que hace el BCRA de la emisión excedente que no encuentra correlato en la demanda de dinero. De modo que emite para financiar al Tesoro, para intervenir en los mercados y para comprar divisas. A través de la colocación de Pases pasivos y de Leliq y Notaliq va recogiendo esa liquidez excedente, generando más deuda remunerada mes a mes. Pero el problema es que los Pasivos remunerados implican una emisión directa para pago de los intereses correspondientes, y como esos se capitalizan pasan así a engrosar el stock de la deuda y así sucesivamente cada mes. A lo largo del primer trimestre el stock de deuda crecía en torno a los $600.000 millones promedio mensual y desde abril comenzó a crecer por encima del $1,2 billones mensuales promedio. Así se pasó de un stock de $10 billones a $17 billones. Mientras que el pago de intereses que era de medio billón de pesos a comienzos de año trepó a más de un billón de pesos a mediados del 2023. En lo que va del año el BCRA ya lleva pagados intereses por casi $6,5 billones. O sea, una Base Monetaria.
Se suele subestimar el problema, quizás pensando en una licuación. Pero se soslaya que detrás de estos Pasivos remunerados están los depósitos a plazo fijo del sector privado. Hace tiempo el economista y profesor Ernesto Gaba había advertido sobre la restricción en el manejo de la política monetaria donde para no expandir la Base el BCRA necesitaba renovar los vencimientos de Pases y Leliq y realizar una absorción adicional equivalente al pago de interés que crece a la velocidad de la inflación. Así la expansión de la oferta monetaria venía dada por el crecimiento de la Base pero la expansión potencial debía medirse por el crecimiento de la Base y la deuda remunerada. En su reciente libro el economista y diputado Luciano Laspina destaca que simulaciones realizadas demuestran que estabilizar con ancla monetaria y un alto endeudamiento del BCRA puede ser peligroso e inestable. Por ende cuando menor sea este stock de deuda más margen de maniobra habrá para estabilizar y al respecto advierte que hay soluciones virtuosas y otras ruinosas.