A pedido del gobierno argentino, la directora del Fondo, Kristalina Georgieva, envió en misión “presencial” a dos funcionarios, la norteamericana Julie Kozack y el venezolano Luis Cubeddu, quienes, acompañados por el representante residente del FMI en la Argentina Trevor Alleine, se reunieron tanto con funcionarios como con empresarios, sindicalistas, dirigentes sociales y economistas como Carlos Melconian, Martín Redrado y Daniel Marx, a quienes recibieron ayer en reuniones separadas.
La vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, señaló la Argentina aspira a “un buen acuerdo”, que dé “tiempo para crecer achicando el déficit fiscal”. En otras palabras, quiere plazos largos de refinanciación, lo que calzaría en un “Acuerdo de Facilidades Extendidas”. Pero ese tipo de acuerdos incluye “condicionalidades” ya no solo fiscales.
En cuanto a las reuniones mantenidas fuera del ámbito gubernamental, un interlocutor del Fondo contó a Infobae su experiencia: “Fue un intercambio informal, preguntaron mucho sobre las reservas y el tipo de cambio; no vinieron en misión negociadora, sino a recoger visiones. Los vi colaborativos con la Argentina y esperando que la Argentina decida qué quiere hacer”.
La Argentina sigue siendo el principal deudor del Fondo, con el 32,6% de su cartera de préstamos, Ucrania es el segundo; si se cuenta el nuevo crédito, su porción roza el 11% de la cartera actual del organismo.
En las reuniones con empresarios y en especial con economistas las preguntas más reiteradas de los enviados, en particular de Cubeddu, fueron sobre la cuestión cambiaria, las reservas del BCRA y qué posibilidades tiene la Argentina de dar un “salto exportador”. Por eso preguntaron sobre las inversiones en la Hidrovía, principal medio de salida de las ventas argentinas al exterior y cuyos costos y logística son claves para la competitividad externa.