Están enojados con el sistema. Advierten que dentro del partido Alternativa por Alemania (AfD) hay grupos neonazis enquistados. Un fenómeno que preocupa.
Se sienten desclasados, ignorados y abandonados en un país que ya no perciben como el hogar que heredaron de sus padres. Conforman un grupo cada vez más grande de alemanes, la mayoría de ellos de la antigua Alemania Oriental (RDA), enojados con el sistema y con los políticos.
Son los votantes de la ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD), que muchos vinculan con grupos neonazis. No se trata de un fenómeno marginal: por el contrario, acaban de ganar la primera alcaldía y el primer distrito y ya se ubican segundos en los sondeos a nivel nacional.
“Muchos partidarios de AfD se sienten despreciados por el establishment, al menos por la mayoría de los periodistas y políticos. Ya no tienen la impresión de vivir en el mismo país, o de compartir el mismo barco, a medida que estallaron las tasas de desigualdad”, dijo a TN la periodista Anita Blasberg, autora del libro “Der Verlust” (“La Pérdida”), que analiza la caída de la confianza de los alemanes en su sistema político.
Qué es la Alternativa por Alemania
Alternativa por Alemania (AfD) es un partido ultraconservador y euroescéptico de extrema derecha, fundado en 2013 por el economista Bernd Lucke. Está en contra de la Unión Europea, del euro y la inmigración. Además, descree del cambio climático.
Sus detractores los tildan de populistas, xenófobos y racistas.
Hoy sus líderes son Alice Weidel y Tino Chrupalla, pero su figura más polémica es el líder regional de Turingia, Bjorn Höcke, a quien se le acusa por plantear tesis revisionistas sobre la historia de Alemania y de mantener una retórica cercana a grupos neonazis.
Su crecimiento ha sido vertiginoso en los últimos años. En las elecciones federales de 2021, AfD obtuvo el 10% de los votos.
A fines de junio, en elecciones regionales, consiguió elegir a su primer alcalde y a un administrador de distrito en el este de Alemania, la antigua RDA comunista donde vive la mayoría de sus seguidores.
Leé también: Una médica emigró a Alemania, contó de cuánto es el sueldo básico y desató la polémica
Hannes Loth fue elegido alcalde de la localidad de Raguhn-Jessnitz (Sajonia Anhalt) y Robert Sesselmann administrador del distrito de Sonneberg (Turingia).
Pero eso no es todo: la mayoría de los sondeos le dan a la AfD un 20% de respaldo a nivel nacional, el doble de hace solo dos años. Algunas encuestas lo ubican en el segundo lugar, por encima del Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz y solo por debajo del bloque conservador conformado por la Unión Cristianodemócrata y la Unión Socialcristiana (CDU/CSU), de la excanciller Angela Merkel.
En el antiguo este comunista podría llegar a ser el partido más votado en las próximas elecciones regionales del año próximo, según un estudio de la Universidad de Leipzig.
Cómo son los votantes de la ultraderecha alemana
En su diálogo con TN, Anita Blasberg dijo que los votantes de la AfD “fueron testigos de su propio declive cultural y socioeconómico. Sus hábitos y valores, su estilo de vida en general, parecen estar desactualizados, sus salarios bajaron durante los últimos 30 años tras la reunificación alemana y muchos de ellos temen perder su estatus de clase media”.
“Si bien sienten que no tienen voz ni impacto político, están buscando a alguien y algo a quien culpar por su posición, y eso es lo que AfD les ofrece. Les dan chivos expiatorios y enemigos claros: refugiados, extranjeros, las ´mafias políticas´, el partido Verde, etc”.
Svenja Blanke, directora y representante en la Argentina de la Fundación Política Friedrich Ebert (FES), dijo a TN que los votantes de la ultraderecha “están asustados y con mucha ansiedad por los cambios muy rápidos de la época”.
“En el país hay mucha inmigración. Ven que el país está cambiando, que hay diversidad, gente que se viste diferente y generaciones que opinan distinto. Eso se percibe como un caos”, afirmó.
Por qué la ultraderecha crece en el este de Alemania
La antigua República Democrática de Alemania (RDA) es hoy la región más postergada del país. La situación económica allí es más frágil que en el oeste, con un índice de desempleo más alto, tasas de ingresos más bajas y menos perspectivas para los jóvenes. Además, el oeste monopoliza la política a nivel federal, con pocas excepciones, como la propia Merkel.
“Este partido de ultraderecha se acepta mucho más en el este de Alemania que en el oeste. Es un hecho. En los cuatro estados federados de la ex RDA, tienen mucho más intenciones de voto que en el oeste. Es una diferencia muy grande”, dijo Blanke.
Leé también: El impactante método de Haití para combatir el hambre de los chicos: fabrican galletas de barro, manteca y sal
A su juicio, un hecho que alimenta este crecimiento en el este es que durante el régimen comunista “no se trabajó el pasado nazi. Cuando la RDA se instala en 1949, se declaró antifascista, pero nunca se trabajó esto desde abajo”.
“A partir de los 70, en el oeste se empezó a trabajar ese pasado, a cuestionarlo en las escuelas. Eso faltó en el este. Por eso la gente mayor no cuestiona ciertas cosas”, afirmó.
Para Blasberg, “en la RDA no había una verdadera tradición de trabajar sobre el pasado nazi, para reflejar la culpabilidad no solo del gobierno alemán sino del pueblo alemán. En lo que se centraron los profesores fue, en general, no tanto en el pasado, sino más bien en el futuro socialista”
Sin embargo, Blasberg no cree que Alternativa por Alemania, y en especial su ala más radical, pueda llegar al poder. “Hay una mayoría de personas en Alemania que está demasiado ligada a los valores democráticos y humanos, también debido a nuestra historia. Sí, hay muchos que perdieron la confianza en las instituciones y el sistema político en los últimos años, pero espero que canalicen su desacuerdo de otras maneras”, afirmó.
Blanke dijo que “los electores no son nazis o neonazis, pero los hay. La gran mayoría tiene ese enojo” por la nueva realidad del país. “Hay un consenso entre los partidos tradicionales de no entrar en coalición con la AfD para formar gobierno federal o regional. No creo que lleguen al poder ni en dos ni en seis años, pero no se puede descartar a futuro”, concluyó.
Crecen los préstamos al sector privado: cuál es la línea que más trepa
11 noviembre, 2024