El gobernante ruso emitió un decreto obligando a todos los comandos paramilitares a jurar lealtad al Estado y la bandera rusa, buscando desactivar potenciales células de rebelión ante el régimen.
Este viernes, Vladimir Putin decretó que los comandos paramilitares deben jurar lealtad al Estado y a la bandera rusa, en una estrategia política específicamente dirigida al Grupo Wagner, cuyo líder, Yevgeny Prigozhin, murió el miércoles, tras un sospechoso accidente de avión.
La orden, de características amplias en su alcance, también cubre al resto de las formaciones militares, incluyendo a las milicias voluntarias. El decreto cobra una importancia adicional, ya que la jura al Estado, por la organización vertical que ha construido Putin en su régimen, implica una jura de lealtad personal al propio líder ruso.
La muerte de Prigozhin, que tiene características típicas de un atentado, ocurrió luego de que el líder paramilitar encabezara un levantamiento armado contra el Kremlin en junio. Para muchos especialistas en Rusia, el mercenario se convirtió en “un muerto caminante”, esperando su final.
También, se cree que el decreto busca frenar otras conspiraciones en marcha, ya que el líder fallecido había logrado reclutar a oficiales de alto y medio rango para su fuerza, y contaba con la connivencia de parte del poder económico ruso. El juramento de lealtad podría blindar más al régimen ante una futura rebelión, particularmente teniendo en cuenta el descontento, incluso de partidarios del gobierno, con la guerra en Ucrania.
Por otro lado, la medida implica la disolución de los grupos paramilitares, que se convertirán en comandos formales del ejército regular, lo que restablecerá el orden en las Fuerzas Armadas y silenciará a los ultranacionalistas que, en los últimos meses, cuestionaron el poder del Kremlin.
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13 noviembre, 2024