Ante la desconfianza de inversores que toman menos deuda en pesos, la entidad monetaria podría volver a emitir cerca de $465.000 millones para asistir a las arcas del estado

Los problemas del Gobierno para conseguir fondos y cubrir así el agujero fiscal preocupan en el ministerio de Economía, luego de la baja cantidad de deuda que pudo tomar en el mercado local producto de la desconfianza de los inversores privados. Ante este escenario, la emisión monetaria vuelve a posicionarse como una solución pese a sus efectos sobre la inflación.

En la última licitación de bonos realizada el último viernes plantearon un escenario preocupante de cara a las próximas que vendrán en lo que resta del año. En total son cuatro y entre ellas el Gobierno deberá recaudar $384.000 millones para poder sanear el rojo fiscal, una cifra que a día de hoy parece difícil de conseguir.

De esta forma, la asistencia del Banco Central, conducido por Miguel Pesce, se convierte otra vez en la única fuente disponible de financiamiento: deberá proveer casi medio billón de pesos. Esto, incluso, en el marco del cumplimiento del programa acordado con el Fondo Monetario, tanto en las metas fiscales como de emisión monetaria.

El último bimestre es de muchos gastos en la cuenta del estado que complica la posibilidad de llevar adelante cualquier tipo de ajuste: aumento de los planes sociales, la tarjeta alimentar, bono a jubilados e incluso aguinaldos de empleados públicos son solo algunos de las erogaciones que las arcas del estado deberán hacerle frente.

“En el contexto de un aparente menor apetito por la deuda en pesos, lograr el financiamiento podría despertar algunas alertas respecto del cumplimiento del límite de financiamiento monetario al Tesoro acordada con el FMI”, afirmó al respecto en un informe la consultora Quantum al que accedió Infobae.