Milei corta un viejísimo curro mientras Karina y Caputo copian a La Cámpora
Nota extraída de Clarín por Ricardo Roa
Caras y cecas. Mientras nueve diputados elegidos por el mileísmo, yendo en contra de lo que Milei prometió y busca, que es reducir el Estado, votaban con Kicillof un disparate: crear una nueva empresa provincial de ambulancias, en la Nación un discreto decreto, publicado sin ruidos, metió bisturí en otro gran curro en la más que poco transparente operatoria de las obras sociales con las prepagas.
El curro es el sistema de triangulación para pasar de una obra social a una prepaga. Viene de lejos y para entenderlo hay que remontarse a los 90, cuando el menemismo desreguló las obras sociales y permitió la libre elección. Pero había gato encerrado: una escandalosa cabina de peaje, como las de los brokers de Seguros Fernández. De paso: ese curro está denunciado, pero el decreto de Fernández sigue vigente. Castamente.
Volvamos a lo de salud. Cualquiera puede afiliarse a una prepaga, pagando la cuota. Unos dos millones lo hacen. Pero el doble, más de cuatro millones, entra a una prepaga derivando aportes de la obra social que le toca. Claro que la cosa no es tan directa. Está obligado a afiliarse a otra obra social, de las habilitadas para el curro y que funciona como los brokers de la corrupción: sin dar ningún servicio salvo el de generar una enorme caja negra.
Entonces aparecen estas cosas:
• Un Centro de Comisarios Navales, que tiene su obra social, Osocna (se verá que nombres así de impronunciables abundan), con cuatro-comisarios-cuatro en actividad pero unos ¡161 mil afiliados! Obvio, son de otras obras sociales que paran obligados en esa cabina de peaje antes de llegar a la prepaga. Y claro que no gratis.
• Otra: Serenos de Buques (obra social SSSdeB). Tiene ocho empleados para 60.000 afiliados. Una gran productividad la de estos ochos empleados.
• Una más: Técnicos de vuelos (OSTVLA). Dieciséis empleados, 81.976 afiliados.
• Y otra: Estibadores portuarios (Oscep).Catorce empleados, 71.897 afiliados.
• O esta otra: Ospaña, en principio una obra social para residentes españoles en la Argentina (¿cuántos quedarán?) que, recibe de la embajada 100 euros mensuales, no por cada anotado, sino por residente. Pero apareció el curro del peaje y amplió la masa de asociados: 85.225.
Por supuesto, en la lista, siguen y siguen las firmas aunque las que cortan el bacalao son poco más de veinte. En total embolsan 168 mil millones de pesos por mes. Por si no quedó claro: 168 mil millones de pesos por mes. Y en estas estaciones de peaje se queda entre el 3 y el 7% de esa montaña de plata. O sea, esa intermediación parasitaria cuesta, nos cuesta a todos, unos 8.400 millones de pesos mensuales.
¿Qué hay, más caras o más cecas?
– Arbitros deportivos, de Guillermo Marconi: recauda $1.200 millones por mes. Tiene siete empleados.
– Capitanes de Ultramar. $3.650 millones y 35 empleados. Muchos. Aquí debería meterse Sturzenegger.
– Obra Social de la Cámara de Empresarios de Agencias de Remises. Otro sello de goma. Junta $5.500 millones y tiene 63 empleados.
– Ospoce, del personal de organismos de control. En manos de Hugo Quitana, antiguo y famoso recaudador. Tenía el Sanatorio Norte, en Belgrano, con el que se quedó su amigo Claudio Belocopitt.
¿Qué hace ahora el gobierno? Autoriza a las prepagas a recibir directamente los aportes: 3% que ponen empleados más el 6% patronal. Chau a las obras sociales puente. La plata del peaje se volcará al sistema. En principio y en teoría. Es claro que las prepagas son las que más se benefician. Pero puede ser el fin de una locura que muchos saben que lo era, pero que, como tantas otras, seguía y seguía. Ojalá.
La regulación del Estado mantenía bastante secretas estas cajas. Ahora les piden a las prepagas que presenten cada mes el padrón completo de afiliados: los directos y los derivados.
Pero toda moneda tiene una ceca. La vice Villaruel le pidió a los nueve-diputados-nueve elegidos por La Libertad Avanza que votaron a favor de la empresa estatal de ambulancias Kicillof que devolvieran sus bancas. Tiene sus complicadas lecturas. Una, que Villaruel, pese a que se sube a los tanques con Milei, hace todo lo que puede para ser y parecer ella y no una concesión del presidente al género femenino y a la fórmula presidencial. Se sube a los tanques y se baja de la firma del Pacto de Mayo. Y pasa el mensaje de que esos nueve diputados entraron en las listas mileístas por acuerdo de Karina Milei con Massa. Como con las prepagas, otra transparentización. Pero del lado oscuro.
El jefe de todos es el senador Sergio Vargas, ex marino, funcionario de la Aduana con Echegaray y sobre todo amigo de Guillermo Michel, mano derecha de Massa. A través de Michel, Massa le pagó a Karina Milei, entre otras cosas, la impresión de boletas electorales en New Press, de Luis Alvarez, también cercano a Echegaray. Mientras en el discurso la casta política era lo peor de lo peor, Karina incorporaba a candidatos de Massa en las listas libertarias. Son los libertarios massistas que votan con Kicillof.
Y más de la casta: copiando a La Cámpora, Karina, el multitasking asesor Santiago Caputo y los Menem, a quienes Milei reivindicó el apellido, construyen desde el poder una fuerza propia, apalancada en el PAMI y la ANSeS, que han reaparecido como herramientas políticas. Arman su Cámpora convirtiendo en funcionarios a militantes que captan en las provincias y a otros, que enganchan del desmadre del peronismo, los radicales y el PRO.
Como van las cosas, tal vez no tendría por qué sorprender que Karina haya firmado el Pacto de Mayo como si fuera un gobernador más. Macri, el único ex presidente mandato completo (también estuvo Rodríguez Saá), fue dejado afuera, relegado al papel de mero asistente. ¿No será demasiado?
A Milei, en la política no parece irle mal, sino al contrario. Pero supuestamente fuerte en su materia preferida, la economía, al menos con el dólar no le va nada bien, aunque con la inflación a la baja, más bien pareciera que va empardando. Pero volviendo a las prepagas: ¿qué tal si a Tapia se le hubiera dado por crear la obra social de los secanuca? ¿Hubiera sido algo raro?