La falta de inhibidores de señal en las cárceles permite a los presos ejecutar cada vez más delitos a través de sus celulares.

Las estadísticas oficiales dieron a conocer una tendencia preocupante. El 70% de los 288 homicidios ocurridos en Rosario durante el año pasado se ordenaron desde algún establecimiento penitenciario. Por otro lado, se reveló que el 80% de las balaceras en 2022 fueron también organizadas desde las cárceles.

Si bien lamentablemente este tipo de hechos delictivos en Rosario ya son moneda corriente, el ataque llevado a cabo contra el supermercado de la familia de Antonella Rocuzzo hizo aún más visible esta horrenda realidad.

Un día después de este atentado, se realizaron una serie de allanamientos solicitados por la fiscal federal de Rosario Paula Moretti y su colega Diego Iglesias, funcionario a cargo de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), en las cárceles federales de Ezeiza, Marcos Paz y Rawson, en Chubut, donde se secuestraron celulares y anotaciones, que estaban en poder de Ariel Cantero,  jefe de la banda de Los Monos y de sus cómplices.

Los allanamientos mencionados no comenzaron por el hecho que involucra a la familia de Messi sino por el homicidio del cantante Lorenzo Altamirano el 2 de febrero pasado y la balacera contra la cárcel de Marcos Paz, en noviembre pasado.

A través del cotejo e intercambio de información, los fiscales pudieron establecer que el 80% de las balaceras ocurridas en Rosario y el 70% de los homicidios se ordenaron desde los establecimientos penitenciarios.

Por este motivo, durante la última reunión del Comité de Crisis del Gobierno de Santa Fe seanunció la adquisición de equipos de inhibición de señales de celulares de origen israelí. No obstante, esta tecnología recién se podría comenzar a ser instalada en las cárceles de Santa Fe a partir de mayo o julio.