Siete olores corporales a los que deberías prestarle atención

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Hasta qué punto son normales y cuándo deberíamos preocuparnos

Hay una diferencia entre los olores corporales de siempre y los que pueden estar indicando un problema de salud. Estos son algunos a los que deberías prestarle atención.

Aliento afrutado

Puede ser síntoma de un problema grave de salud. En efecto, la cetoacidosis diabética, también conocida como CAD,  genera un aumento de los niveles de azúcar en la sangre. Esto lleva a un aumento de cetonas ácidas que generan un olor afrutado en el aliento. Si está combinado con otros problemas de salud, es importante acudir rápido a buscar atención médica.

Olor ácido en la zona íntima

La vagina tiene un olor característico que es perfectamente normal, lo que no es normal es que haya un olor intenso y ácido en esta zona.

Si es desagradable o no se parece en nada al que suele tener tu zona íntima, es importante verificar con un profesional que todo esté en orden.

Existe un problema muy común entre las mujeres llamado vaginosis bacteriana, que requiere de tratamiento y entre cuyos síntomas se cuenta el mal olor en el área íntima.

Incluso si se trata simplemente de un desequilibrio en el pH, es importante que lo verifique un médico para que te proponga las soluciones más adecuadas.

Orina de olor fuerte

Tiene un olor característico y puede cambiar de acuerdo a lo que comemos o bebemos. Esto es normal y no hay de qué alarmarse.

Pero cuando el olor es muy intenso, esto puede ser señal de un problema. Si está unido a cambios de color, muy probablemente se trate de una infección de las vías urinarias.

También puede ser que el olor y el color se intensifiquen simplemente porque no te hidratás lo suficiente. Si es el caso, con beber suficiente agua a lo largo del día, la situación debería mejorar.

Sudor de olor muy penetrante

Lo que no es normal es que el olor que suele tener tu cuerpo se intensifique de pronto o que zonas que no suelen oler mal empiecen a generar olores.

La mayoría de las veces, este tipo de cambios se deben a alteraciones en la alimentación, así que comiendo equilibradamente, alimentos frescos ricos en fibra y bebiendo suficiente agua, el problema debería quedar resuelto.

Excrementos demasiado malolientes

Cada quien conoce su propio cuerpo y puede decir más o menos qué olor es «normal». Si de pronto es más desagradable o muy diferente, entonces también hay que verificar qué está pasando.

Naturalmente, suele tratarse de problemas digestivos, que pueden ir desde intolerancia a algún alimento hasta infecciones o problemas en el intestino. Si regulando la alimentación para hacerla fresca, sana y variada el problema no mejora, habría que buscar ayuda profesional para comprender qué está sucediendo.

Pies malolientes

Cuando usamos mucho un mismo par de zapatos o cuando no se llevan medias, es normal que el calzado y los pies no huelan nada bien.

Pero si es un olor constante, que además se transmite a los diferentes zapatos que usás, es muy probable que se trate de un problema de infección bacteriana que puede acabar causando complicaciones.

Si simplemente es un problema con la sudoración, el uso de talco y de desodorantes para pies puede ayudarte a controlar el problema.

Aliento inexplicablemente oloroso

Lo primero cuando se tiene mal aliento es descartar las causas más obvias: seguir una higiene dental adecuada, usar hilo dental, etc. Pero si a pesar de todo esto el problema persiste, puede ser que la causa sea algún trastorno del sueño.

Cuando se padece apnea del sueño, las personas se ven obligadas a respirar por la boca durante la noche, lo cual reseca las mucosas de esta zona y causa mal olor. Este tipo de trastornos pueden derivar en problemas más graves, así que es importante diagnosticar y tratar a tiempo.

Existen tratamientos para las vías respiratorias, para ayudar a mejorar la calidad de la respiración al dormir. Mejorar la respiración y la oxigenación del cuerpo en general, puede ayudar también a mejorar los olores del cuerpo.

En todo caso, es importante un buen diagnóstico hecho por un profesional, para determinar el mejor tratamiento.

Fuente: Rebañando