Tras la desaceleración de septiembre, el Gobierno enfrenta cuatro obstáculos para seguir bajando la inflación

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El índice de precios del noveno mes del año alcanzó el menor nivel desde noviembre de 2021. El Gobierno insiste en la “ortodoxia fiscal y monetaria”, pero los analistas advierten que habrá varios desafíos para los próximos meses.

La inflación de septiembre se ubicó en 3,5%, según el INDEC, marcó la cifra más baja en la medición mensual desde noviembre de 2021 y le trajo alivio al Gobierno, que no lograba perforar el piso del 4%. Una vez conocido el dato, el ministro de Economía publicó un mensaje en sus redes en el que ratificó la “ortodoxia fiscal y monetaria” para los próximos pasos de su programa, que deberá afrontar una serie de obstáculos para mantener el nivel de precios en senda descendente.

A grandes rasgos, la inflación de septiembre estuvo impulsada por los aumentos del rubro “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” (7,3%) tras la suba de alquileres y tarifas de servicios públicos. Le siguió “Prendas de vestir y calzado” (6%) a raíz del alza en los precios de la ropa por el cambio de temporada y luego se registraron aumentos en “Educación” (4,3%), “Restaurantes y hoteles” (3,7%) y “Transporte” (3,4%).

Para consolidar la desaceleración de precios del noveno mes del año, los analistas destacaron como principal motivo la reducción de 10 puntos del impuesto PAIS sobre las importaciones, sumado a la estabilidad en la cotización del dólar oficial y los financieros. Sin embargo, advirtieron que algunos factores seguirán motorizando subas en lo que resta del año y coinciden en que será difícil quebrar el 3% mensual.

En primer lugar, uno de los principales componentes que frenará la baja del IPC es la llamada “inercia inflacionaria”, es decir, los aumentos que se aplican en distintos bienes o servicios por la previsión de que el resto de los sectores también ajustará al alza en un futuro.

“Factores inerciales y monetarios limitan, a nuestro entender, poder perforar de forma aún más contundente los niveles inflacionarios de mayo a agosto. La inercia típica de regímenes de alta inflación, que afecta sobre todo a no transables, limitará durante algún tiempo la desinflación”, describieron en SBS.

En esta línea, también se espera que algunos precios regulados sigan ajustando sus valores en los próximos meses, como tarifas de servicios públicos, prepagas o educación. “Quedan algunos aumentos como en octubre el de subtes en CABA o los que ya arrastran varios meses de aumentos como prepagas, teléfono o educación privada. Además, un IPC núcleo estable (y hasta acelerando de julio a agosto) presentaría un desafío para profundizar la desaceleración de la inflación general, ya que muestra que la mayoría de los productos se mueven al mismo ritmo hace varios meses”, evaluó Florencia Iragui, economista de LCG.

Por otra parte, si bien la decisión de mantener en 2% el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial y la baja de los dólares financieros evitó que haya saltos más profundos en los precios, existe incertidumbre sobre cuánto durará la denominada “primavera cambiaria”.

“No está del todo claro si será permanente. Hay una carrera entre los dólares que podrá conseguir el Gobierno mediante endeudamiento, y la dinámica futura de la balanza comercial de bienes y servicios bajo un creciente atraso cambiario (en un contexto de escasez de reservas). Si esa carrera sale desfavorable, habrá impacto en brecha y en inflación”, alertaron en LCG.

Además, los analistas consideraron que el proceso de desinflación podría verse amenazado en caso de que la recuperación económica empiece a consolidarse y, con la reactivación de la actividad, también haya presión sobre los precios. “La base monetaria se expandió casi un 50% en términos reales desde abril. Esto responde a que, a pesar de que el sector público cerró las ‘canillas de emisión’, los bancos comerciales comienzan a volcarse hacia la intermediación financiera, remonetizando la economía”, expresó la consultora GMA.

Tras la desaceleración de septiembre, el Gobierno enfrenta cuatro obstáculos para seguir bajando la inflación. (Foto: Reuters / Agustin Marcarian)
Tras la desaceleración de septiembre, el Gobierno enfrenta cuatro obstáculos para seguir bajando la inflación. (Foto: Reuters / Agustin Marcarian)

“Esta expansión del crédito busca estimular la demanda agregada y la posibilidad de una recuperación temprana. Sin embargo, parece ir en contra del objetivo (aparentemente principal) de desinflación del Gobierno. Mientras que la contracción en la actividad económica en el primer semestre permitió que la inflación descendiera a un dígito, las señales de reactivación podrían estar poniéndole un freno al proceso de convergencia al crawling”, analizaron.

Qué puede pasar con la inflación en el último trimestre del 2024

En concreto, los economistas calcularon que la inflación promediará el 3% mensual para lo que resta del año y observaron que no hay elementos para que la desaceleración se profundice mucho más, por lo que luce complejo que converja el índice de precios y la tasa de devaluación del tipo de cambio oficial.

“En el último trimestre del año, creemos que va a estar en torno al 3,5%. Puede haber algún dato un poquito por debajo. El Gobierno viene haciendo cierta fuerza para contener los precios regulados. Se perforó el 4 en septiembre y se mantendría igual en lo que queda del año. No estoy viendo que perfore el 3%, salvo que se profundice el ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial, pero no es lo que se espera. Tampoco congelar las tarifas, que sabemos que genera otros problemas”, resumió Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra, en diálogo con TN.

A su turno, el economista de OJF & Asoc., Nicolás Alonzo, proyectó que la inflación podría mantener el sendero descendente, aunque marcó algunas consideraciones: “Hacia fin de año proyectamos una inflación de 2,5%, aunque esto es condicional al escenario cambiario”.

“Los regulados van a seguir empujando, pero por caso, para el mes de octubre la importancia relativa que tendrán en el IPC será menor que en septiembre. A fin de año quedaríamos un poco por encima crawl. Creo que un riesgo latente es que se aceleren un poco los financieros, que comprimieron a niveles muy bajos”, reflexionó.