domingo, septiembre 8

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA🌷🍃

Lucas (12,13-21):

En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.»
Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?»
Y dijo a la gente: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.»
Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: «¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha.» Y se dijo: «Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida.» Pero Dios le dijo: «Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?» Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.»

La avaricia te empobrece.

1) Compartir:

Pobre es aquel que no sabe compartir. Es importante saber esto, puesto que es en el compartir donde uno se enriquece en la vida. Cuando te haces cerrado lo único que logras es empobrecerte. No me refiero tan solo al dinero, me refiero también a todo lo que implica tu vida. Compartí tus conocimientos, tus experiencias y tus oídos. La vida está hecha para compartir y lograr enriquecerse con el otro y no del otro.

2) Nada es seguro:

Hay personas que parece que lo único que los mueve es la billetera, pero te aseguro que conocí gente pobre, pero con fajos de billetes verdes en sus bolsillos. Pobres porque estaban tomados de tristeza y soledad, llegando a la situación de querer comprar amistad o compañía. Hay cosas que el dinero no puede comprar. En cuanto a lo material, me animo a decirte que no todo es seguro. Hoy tenés y mañana capaz que no. Uno debe aprender a llevar la vida en toda circunstancia, pero te aseguro que el amor de un hijo, el amor de tu compañera de vida o la guía de un amigo verdadero es algo fuerte que cala lo más hondo de la vida. Apostá a eso.

3) Sé prudente:

Aprende a vivir la vida y el día a día. El dinero es un medio para vivir y no es tu vivir. No negocies ciertas cosas, porque ello puede traerte sabores amargos. Hay cosas que el dinero no puede resolver ni comprar, por ello no negocies:
El cariño de tus hijos,
Los momentos con tu familia,
El diálogo con tu esposa o tu esposo,
La charla con tu mejor amigo,
Tu diálogo con Dios,
Los momentos con tus padres,
El tiempo para vos,
Esto no lo negocies, porque los intereses son caros.