miércoles, octubre 2

Algunos mitos respecto al consumo de lácteos y las nuevas tendencias

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Qué ocurre con los productos sin lactosa y las bebidas vegetales

Cada vez la gente tiene mayor afán por consumir productos naturales y de origen no animal. Como consecuencia, han empezado a aparecer nuevas tendencias. Ante todo, es importante desmontar algunos mitos.

“Los productos sin lactosa engordan menos y sientan mejor”

La lactosa es el azúcar de la leche y químicamente está compuesto por glucosa y galactosa. Este azúcar está presente en todas las leches de vaca, cabra y oveja, incluso, en la humana.

La leche sin lactosa es una alternativa para los que no pueden digerir la leche correctamente, por ejemplo, en caso de intolerancia o de alergias a la lactosa. Pero pensar que los productos sin lactosa engordan menos es un error. Lo que va a determinar que tenga más o menos calorías, es su contenido en otros nutrientes como la cantidad de grasa, o si tiene azúcar u otros edulcorantes añadidos.

“Cenar solo un yogur es sano” 

Los lácteos son alimentos muy completos, pero les faltan algunos nutrientes importantes como el hierro; la fibra dietética; algunas vitaminas e  hidratos de carbono complejos, entre otros.

Por eso, por si solos no pueden formar una comida o una cena. En su lugar, incluir otros grupos de alimentos en la cena como frutas y hortalizas, huevos, pasta o arroz, y asegurar así una alimentación equilibrada.

“Los postres lácteos y los yogures son lo mismo”

En ocasiones se agrupan los postres lácteos dentro del grupo de los lácteos, pero su perfil nutricional es muy distinto al de un yogur, un queso o la leche.

Los postres lácteos, a diferencia de los yogures, no sufren fermentación y tienen valores más elevados de azúcares y grasas.

Por otro lado, la reciente regulación para la comercialización de leche cruda ha generado mucha controversia, especialmente en lo relativo a la seguridad alimentaria.

La leche que encontramos en el supermercado es tratada térmicamente, lo cual permite  eliminar los microorganismos que pueden causar problemas de salud. La cruda, al no estar sometida térmicamente, supone un riesgo de seguridad alimentaria para toda la población, especialmente en las embarazadas y lactantes, en personas mayores y en niños, debido a la potencial presencia de microorganismos patógenos como por ejemplo la listeria, que pueden producir infecciones graves como la listeriosis.

Además, debido a una mayor preocupación de los consumidores por la salud y al auge del veganismo, han aparecido nuevas alternativas vegetales que se presentan como sustitutos de la leche.

Las bebidas vegetales son alternativas saludables y seguras y cada vez hay más variedad para elegir. Además, su ausencia de lactosa y caseína hace que sean útiles en el tratamiento de intolerancias y alergias alimentarias.

Aunque es muy común escuchar decir “leche de soja”, por ejemplo, lo cierto es que el término ‘leche’ está legalmente permitido únicamente para la leche que proviene de hembras mamíferas. Por tanto, el término más apropiado sería bebida vegetal.

Aunque contienen una cantidad similar de energía a la de la leche, la calidad de los nutrientes que aportan las bebidas vegetales no siempre es la misma. Por eso, debemos fijarnos en su composición, su tabla nutricional y la lista de ingredientes.

– Proteínas: Las de los lácteos son más completas porque aportan una elevada cantidad de aminoácidos esenciales. Una buena alternativa es la bebida de soja enriquecida en calcio y vitamina y sin azúcares añadidos.

– Calcio y vitamina D: Es mayor en la leche. Por eso, conviene que nuestras bebidas vegetales estén enriquecidas con estos nutrientes.

– Azúcar añadido y otros ingredientes: Debemos fijarnos en el porcentaje del ingrediente principal. Por ejemplo, si vamos a comprar una bebida de almendra, asegurarnos de que tiene un alto porcentaje de almendra y no de otros ingredientes o azúcares añadidos.

Fuente: EFE f:Nexofin