viernes, abril 26

Ante la incertidumbre climática, la soja le gana superficie al maíz

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La oleaginosa tendría un crecimiento del 4,3% (700 mil hectáreas) interanual en su superficie nacional, mientras que el cereal de verano perdería casi un 5% (400 mil hectáreas)., según la Bolsa de Comercio de Rosario. En tanto, las proyecciones para el trigo se mantienen en 5,9 millones de hectáreas, lo que representa una baja del 14% respecto a la campaña previa.

La soja vuelve a crecer en área de siembra. Podrían sembrarse 16,8 millones de hectáreas en todo el país. El aumento sería de unas 700 mil hectáreas, un 4,3% más que en 2021, según las primeras estimaciones nacionales que la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) hizo para el ciclo 2022/23.

Este repunte de la oleaginosa se da luego de 6 años de retroceder en superficie, ya que desde la campaña 2015/2016 hasta la 2021/2022 perdió casi un 20% del área sembrada.

En tanto, el maíz podría sufrir una baja interanual de casi un 5% en su territorio, pasando de 8,4 a 8 millones de hectáreas. Mientras que la superficie de trigo se mantiene en las 5,9 millones, proyectadas hace un mes, lo que representaría un declive del 14% en comparación con el año pasado.

La soja cortaría una racha negativa de 6 ciclos consecutivos retrocediendo en el área.
La soja cortaría una racha negativa de 6 ciclos consecutivos retrocediendo en el área.

El principal factor de influencia es el clima. Con pronósticos poco alentadores y altas posibilidades de una ‘Niña’, que reincidiría por tercera vez, el productor la vuelve a privilegiar a la soja como una apuesta segura en un año de alta incertidumbre”, señaló el informe.

Otras razones que pesan a la hora de elegirla son los costos, disponibilidad de insumos y los “malos resultados” del maíz temprano en la región central. Así, se estaría ante una producción de aproximadamente 47 millones de toneladas de la oleaginosa, si se toman 400.000 hectáreas como promedio de territorio perdido o no cosechado.

Los motivos de la caída del maíz

Se estima la probabilidad de una caída interanual del 4,7% en la superficie de maíz. Los motivos se centran principalmente “en el clima, el fracaso de los maíces tempranos en la región central, el alto nivel de inversión y la incertidumbre actual”.

Así, con 8 millones de hectáreas estimadas para el ciclo 2022/23, se estaría ante una producción que rondaría las 55 millones de toneladas. Este cálculo contempla un escenario normal y tiene en cuenta que 7 millones de hectáreas que serían recolectadas como grano.

Pese a los mejores márgenes que presenta el cereal 2022/23 respecto de la oleaginosa, la falta de agua generalizada es el principal factor que pone en jaque la implantación del maíz temprano.

El escenario de incertidumbre desalienta aún más el cereal en favor de la soja, ya que el maíz implica una mayor inmovilización de capital y riesgo para el productor”, explicó el reporte.

Asimismo, la cifra del área maicera puede verse ajustada según la ocurrencia de precipitaciones durante las próximas semanas. Las lluvias de agosto y septiembre serán fundamentales para concretar las siembras tempranas. En septiembre deberían llover al menos 100 milímetros (mm), según precisó la entidad santafesina.

“Los productores también contemplan más planes de siembra tardía a partir de diciembre, con el objetivo de asegurar pisos de rendimiento e incentivados por las excelentes experiencias del ciclo pasado”, acotó el análisis.

Con la cosecha sin concluir, el maíz sembrado en diciembre último compensa con “muy buenos rendimientos” los números de los maíces tempranos que fueron “gravemente afectados por la sequía en etapas críticas del cultivo”.

Llovió en Buenos Aires y se espera que el trigo se mantenga en las 5,9 millones de hectáreas

“En los últimos días de julio hubo lluvias muy importantes sobre Buenos Aires que permiten mantener la estimación de 5,9 millones de hectáreas sembradas con trigo en toda Argentina”, indicó la BCR.

No obstante, durante las próximas semanas se evaluará el avance de la implantación sobre la provincia, lo que permitirá tener en el próximo mes un ajuste del área implantada con el cereal de invierno a nivel nacional.

“Hay que destacar que en el 40% de Buenos Aires llovieron más de 30 mm, fundamentales para destrabar la siembra y empezar a revertir la situación de sequía, sobre todo en el centro este de la provincia”, señaló el informe. Aunque la cifra podrá estar atada a un último ajuste de área mientras se termina la siembra, se está ante una caída interanual cercana al 14%.

“La superficie triguera no bajaba de 6 millones de hectáreas desde la campaña 2017/18 (5,4 millones). También siguen pendientes y en duda el nivel de aplicaciones de fertilizantes nitrogenados por la falta de agua, que podrían impactar sobre el nivel de producción final. Considerando el rinde promedio de los últimos 5 años (31 quintales), el horizonte productivo para el trigo se mantiene en 17,7 millones de toneladas, al igual que en el último informe”, señaló la entidad.

Llovió en Buenos Aires y se espera que el trigo quede en 5,9 millones de  hectáreas sembradas.
Llovió en Buenos Aires y se espera que el trigo quede en 5,9 millones de hectáreas sembradas.

En tanto, resaltó que hay “excelentes noticias” para las 1,8 millones de hectáreas del cereal que estaban en condición de “regular a mala”.

“Cabe destacar el rol de las primeras lluvias de agosto ocurridas en la Mesopotamia: Corrientes, Entre Ríos y norte de Santa Fe. Pero aún más importantes fueron las que se dieron a partir de la madrugada del 8 de agosto: sumaron importantísimos milímetros que sorprenden, porque triplicaron la media de lluvias de este mes”, describió el reporte.

Ése es el caso de Córdoba que, con una media mensual de 6 a 8 mm, se vio beneficiada por este “sorpresivo evento”, que dejó entre 10 y 25 milímetros en buena parte del centro y sur de la provincia.

El mapa de humedad mejoró tras las últimas lluvias y es una muy buena noticia para las 1,8 millones de hectáreas de trigo que estaban en condición "regular a mala".
El mapa de humedad mejoró tras las últimas lluvias y es una muy buena noticia para las 1,8 millones de hectáreas de trigo que estaban en condición «regular a mala».

El mismo evento alcanzó a parte de La Pampa, San Luis, centro de Santa Fe y norte de Entre Ríos. “Esto será de gran ayuda para el 30% de los trigos que, en Argentina, se encontraban en condiciones regulares a malas, y por fin vuelven a contar con agua en el momento que el trigo empieza a aumentar sus requerimientos hídricos”, señaló el reporte.

“Si bien el resto de la región pampeana sigue en situación de sequía, los primeros días de agosto han sorprendido por el volumen de estos eventos de lluvia y el clima ha mostrado una leve mejora en su comportamiento”, concluyó el panorama.