Según un estudio, en ese lapso se crearon seis millones de puestos de trabajo de los cuales sólo tres fueron generados por el sector privado formal

Números duros en materia económica. Los últimos datos oficiales de empleo publicados por el INDEC reflejan un nivel de desocupación relativamente bajo, de 7,1% para el tercer trimestre de 2022.

Según un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), la Argentina ha fallado en construir trabajos de calidad en los últimos 20 años.

En el 2003, a la salida de la crisis del 2001, la estructura del mercado laboral argentino era muy precaria. Del total de personas en edad de trabajar que vivían en centros urbanos, el 44% estaba desempleada, inactiva o cobrando el Plan Jefas y Jefes de Hogar.

En tanto, el 19% tenía un empleo privado formal y otro 9% eran públicos. El restante 28% de la gente en edad de trabajar estaba ocupada en la informalidad. La tasa de pobreza era de 50%.

“En los 20 años transcurridos hubo una primera década donde se disfrutó una inédita bonanza económica internacional y una segunda de retorno al estancamiento económico. En el interín, la población urbana en edad de trabajar creció en 6 millones de personas”, señaló Idesa en su informe.

El espacio cree que las consecuencias sociales de esta falta de creación de buenos empleos no pueden ser revertidas con programas asistenciales. Tampoco corrigiendo las enormes deficiencias en su gestión.