Si bien todo estaría acordado para comenzar a implementar el retorno pleno a las aulas a partir del 2022, aseguran que en el nivel universitario no podría ponerse en práctica de la misma manera que sucedió con los estudiantes de primario y secundario.

A un año y medio de iniciarse la propagación de la pandemia de coronavirus en la Argentina, y con la continuidad del plan de vacunación, comienza a materializarse la posibilidad de volver a la presencialidad en las Universidades del país.

Hasta ahora, solamente nivel inicial, primario y medio habían podido concretar la vuelta a las instituciones, siguiendo los protocolos correspondientes contra el Covid-19, y si bien algunas facultades habían intentado plantear un regreso escalonado, no hubo un acuerdo generalizado.

En ese sentido, al día de hoy, los principales referentes del área educativa ya piensan una fecha estimada y advierten que podría gestarse un retorno pleno a las aulas a partir del próximo 1 de enero.

La información trasciende luego de una reunión que mantuvieron en el día de ayer el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, con el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Rodolfo Tecchi, y el presidente del Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP), Rodolfo De Vincenzi, para firmar “una declaración de intención” sobre el retorno a la presencialidad plena. La iniciativa está prevista para cursos de verano y mesas de exámenes especiales.

“La mejora en los indicadores sanitarios y el éxito de la campaña de vacunación contra el Covid-19 nos permite avanzar. Además, creemos que es fundamental respetar la autonomía universitaria y contemplar las particularidades del estudiantado de cada casa de altos estudios, por eso entendemos que este paso hacia la presencialidad debe ser consensuado con todas las partes”, dijo el reemplazante de Nicolás Trotta.

Al mismo tiempo, reconoció que la vuelta a las aulas en el nivel universitario no puede ponerse en práctica de la misma manera que sucedió con los estudiantes del nivel primario y medio.

En ese sentido, cabe recordar que la Universidad de Buenos Aires (UBA), la institución de educación superior pública más grande del país, tiene inscriptos a 338.000 estudiantes en sus más de 100 carreras de grado, con 6400 asignaturas de grado y pregrado, y unos 400 posgrados. Su matrícula representa el 60,4% de todos los estudiantes inscriptos en universidades públicas y privadas radicadas en la ciudad, según datos recopilados por la UBA.

Desde la misma institución explican que “necesitamos regresar en forma escalonada y con planificación, sobre todo porque las nuevas disposiciones nos encuentran en la última parte de un cuatrimestre en el que los estudiantes están cursando materias a las cuales se inscribieron bajo determinadas condiciones, las que sería injusto modificar en medio del camino.”

Y agregan: “Muchos de nuestros alumnos trabajan o viven en el interior, y necesitan saber a la hora de inscribirse si van a cursar en forma presencial o virtual una asignatura. Implementar cambios posteriores, los perjudicaría en su plan de estudios”.

Para ello, es necesario -según advierten desde la universidad-, la actualización de los protocolos vigentes, “con el objetivo de poder planificar la ampliación paulatina de la presencialidad, particularmente para los cursos de verano y los exámenes finales”.

Las primeras facultades de la Universidad de Buenos Aires que implementaron un regreso progresivo a las aulas fueron la de Ciencias Económicas –donde hay más de 100 cursos con esta modalidad en marcha– y Derecho. “En Medicina están cursando más de 20.000 alumnos, la gran mayoría de ellos como parte de las clases introductorias e integradoras de anatomía y opcionales”, agregan. Temas relacionados:Educación