Estaban bajo el efecto de sustancias a las 2.30 de la madrugada del domingo. Ante el reclamo de la vecina, la golpearon al igual que a su pareja,
Momento previo a un hecho que sucedió en un elegante edificio del microcentro.
Una joven mujer denunció en la comisaría 1 una violenta agresión que sufrió en la madrugada del domingo 8 por parte de un grupo de extranjeros, coreanos al parecer, quienes se ofuscaron porque la mujer y su pareja les reclamaron por la violencia y los desórdenes que provocaban en el interior de un edificio de alta categoría que se encuentra ubicado en el microcentro salteño.
La mujer relató anoche: «Los forasteros, cinco personas, quedaron filmados por las cámaras de seguridad del edificio cuando se agredían entre sí al llegar al mismo», dijo Lorena Fernanda M.C.
Luego ascendieron en la torre y se dedicaron a patear las puertas de sus vecinos, algunos ausentes, hasta que llegaron adonde pernoctaba junto a mi pareja.
«La violencia con la que se tomaron contra mi puerta hizo que mi marido saliera a hacerles el reclamo correspondiente, pero los extranjeros que no hablan el español no le hicieron caso y siguieron con sus violentos juegos. Incluso había uno que no podía ni pararse ya», dijo.
Y luego relató angustiada: «Mi pareja intentó poner paños fríos al grupo pero no hubo caso, entonces sacó el celular y los filmó para entregar esa prueba al consorcio para que tome medidas, pero este acto ofuscó a los coreanos quienes en patota lo atacaron con todo tipo de golpes hasta que lo tiraron al piso y le querían quitar el celular a cualquier costo. Yo salí en su defensa e intenté separar a los hombres que estaban sobre él y recibí un golpe en mis glúteos y luego otro en el rostro y quedé aturdida.
Allí llegó el empleado del edificio y separó a los cinco coreanos, mientras me asistían a mí de los golpes recibidos, pero el lío continuaba. Entre el portero y mi pareja me llevaron al interior del departamento y salieron a calmar los ánimos, mientras yo llamaba al 911″.
Luego dijo: «Minutos después llegó la policía y demoró a dos de los coreanos que se hallaban enfurecidos, mientras los otros huyeron hacia el quinto piso, y ya no salieron más.
Con todo el dolor del mundo en mi rostro, nos dirigimos a hacer la denuncia penal, de madrugada.
La mujer aseguró que horas después de la agresión tuvo que ser asistida en la Clínica Güemes por diversas lesiones, sobre todo en el rostro que le dejaron evidentes secuelas hasta el día de hoy.
En tanto, su pareja, de profesión abogado, días después amplió su queja porque entiende que tras la violenta agresión, los causantes de los desmanes y de las lesiones ni siquiera se notificaron de lo supuestamente resuelto tras la denuncia. Ellos siguieron con su vida como si nada hubiera pasado.
Anoche, la joven víctima de supuesta violencia de género, antes de retirarse del edificio por falta de seguridad, denunció publicamente a través de nuestro medio lo que está padeciendo, ya que estuvo mucho tiempo sola sin poder salir, temiendo una represalia aún mayor.
La mujer relató: «La policía vino varias veces, pero ellos no los atienden, no se notifican, no hablan español y siguen con sus labores diarias mientras yo debo permanecer angustiada y con crisis de pánico sin poder salir siquiera.
Lo único que sabemos es que pertenecen a una empresa que realiza servicios para las plantas mineras, no sabemos cómo se llaman y por lo que nos dijeron ni siquiera tendrían pasaportes.
Esto se desprende porque la policía no identificó a ninguno, tampoco los detuvieron. Eso a mí me causa aún más miedo.
Mi esposo se comunicó con la fiscalía personalmente y le dijeron que nos iban solucionar el problema, sin embargo ya pasaron seis días y nada, sigo sin una custodia y sin que se esclarezca este hecho brutal», denunció.
«A mi pareja le hicieron una toma en el cuello que por poco lo mata si es que yo no salía en su ayuda y a los gritos desperté a otras personas y logré que subiera el portero», dijo con resignación la dolorida mujer.
Luego aseguró que se comunicaron con la abogada de la empresa transnacional, quien se negó a dar información acerca de sus empleados
«Así las cosas, no me quedan más caminos que abandonar el edificio y mudarme a otro lugar. Yo no puedo vivir así con el Jesús en la boca, necesitaba protección y no llegó nunca. Hoy -por ayer- me voy a retirar porque veo inacción. Han golpeado a una mujer, lo denuncié, me hice revisar por médicos privados y públicos. Existen testigos, filmaciones que hicimos antes de la agresión y ya pedimos las cámaras de vigilancia interna para demostrar cómo fueron los hechos que relaté», informó.
Lorena agregó que comenzó a tener en las últimas horas crisis de pánico cada vez que siente las puertas de sus vecinos y sus conversaciones inentendibles.
Y luego se refirió también a los responsables del edificio y a la empresa que alquila los departamentos: «Lamentablemente el consorcio no se hizo ver en ningún momento. Porque lo que sucedió fue verdaderamente grave. Espero que este incidente violento pueda resolverse, pero primero necesito seguridad», sentenció.
Puede haber un posible vacío legal
Para la denunciante pasaron varios días y ella no recibió las respuestas que esperaba, ya que considera que fue víctima de una brutal agresión, injustificada. Además, asegura que su pareja también recibió una violenta agresión más peligrosa aún porque la toma que le realizaron en el cuello podría haberlo matada, ya que los beligerantes estaban mucho más que eufóricos, aseguró.
A la vez la mujer dejó en claro que lo que reclama es seguridad, porque ella debe vivir ahí todo el tiempo y no puede estar al borde una crisis de pánico a cada hora.
Lorena dijo que no tiene nada en contra de estas personas, pero sí necesita las garantías, no solo de la Justicia, sino también de los propietarios y, sobre todo, del consorcio del edificio, que hasta ayer estuvo completamente ausente.
La empresa de la que son parte los acusados se creó para una serie de actividades en la provincia hace más de un año según el Boletín Oficial. El plazo de duración de la sociedad se estableció en 99 años.
El incidente mostró que cuando intervienen personas extranjeras se suscita un problema de comunicación. La falta de intérpretes dificultan las tareas, y eso es un llamado de atención.
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