Cómo será el protocolo de vuelta a clases, con tapabocas y «aulas burbuja»

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Volverían en agosto en todo el país, excepto en AMBA y Chaco. Así lo comentó el ministro de Educación, Nicolás Trotta, durante una videoconferencia de prensa. La decisión final será de cada gobernador. 
Mientras la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano van irremediablemente hacia una cuarentena más estricta, el ministerio de Educación dio a conocer los protocolos de higiene y seguridad que someterá a debate con las provincias y los rectores de universidades nacionales y privadas con el objetivo de retomar las clases presenciales a partir de agosto.

El titular de la cartera educativa, Nicolás Trotta, y el titular del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), Diego Golombek, blanquearon en videoconferencia de prensa las exigencias y recomendaciones que someterán a discusión ante el Consejo Federal de Educación, que integran los ministros de las 23 provincias y la capital federal; el Consejo Interuniversaitario Nacional (CIN) y el Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP) para reabrir las instituciones después de las vacaciones de invierno.

«El primer paso para la vuelta a las escuelas es  la situación epidemiológica, y por lo tanto que haya un bajo o nulo nivel de circulación del virus, y un estricto cumplimiento del protocolo para sostener la baja posibilidad de contagio», precisó el ministro.

Dado el sistema federal que rige la educación, Trotta recalcó que «la decisión del regreso la tienen los gobernadores» y, en el caso de las universidades, que son autónomas, los rectores. Sin embargo, amplió que «de sostener bajos niveles de circulación (en el Interior del país) podemos imaginar un regreso en agosto»

Nueva convivencia en las aulas

El protocolo que someterá a discusión la cartera nacional y, según el Gobierno, cuentan con el apoyo de los sindicatos y otros actores de la comunidad educativa, exigirá una transformación de los espacios áulicos y nuevos esquemas de convivencia para garantizar el distanciamiento social.

Para la reapertura de las escuelas, Educación exigirá que cada institución desarrolle un «plan de mantenimiento preventivo de las instalaciones» y provea mínimamente agua potable, jabón, toallas de papel descartables, cestos de basura y alcohol en gel o líquido al 70%, y establecer contacto con los efectores de salud más cercanos. Será obligatorio el uso de tapabocas para personal docente, no docente y alumnos.

La medida más impactante para el regreso a clases será la adecuación de aulas y espacios comunes para asegurar el distanciamiento físico, lo que indefectiblemente reducirá la cantidad de estudiantes por sala y provocará, en muchos casos, la reducción de la jornada lectiva y el establecimiento de horarios alternados por curso.

En efecto, la comisión creada para estudiar el regreso a clases incluso avanzó con nuevos esquemas de distribución de pupitres en «burbujas», lo que disminuye considerablemente el espacio y llevaría, según estimaciones, a disponer la presencia de un maestro cada ocho o diez alumnos.


Antes de abrir las puertas, las carteras provinciales deberán establecer protocolos en ciudades medianas y grandes con el sistema de transporte público para evitar aglomeraciones en las horas pico.

La «nueva normalidad» escolar hará que los docentes y estudiantes con patologías previas deban quedarse en sus casas y proseguir su rol en la comunidad educativa en forma virtual.

Asimismo, el ministerio establecerá la prohibición de toda actividad social o recreativa en las escuelas, y avanza en paralelo con otro protocolo específico para disminuir los riesgos en los comedores y en la entrada y salida de clases.

En la vuelta a clases, si bien no hay definiciones adoptadas, se habla de que los chicos acudan al colegio un día por medio, o bien una semana por medio.