Con el reloj en contra, Alberto apresura anuncios que apuntalen su imagen hacia noviembre

0
518

El Presidente tiene entre manos un plan para potenciar la construcción de viviendas y alivio a sectores golpeados por la pandemia. Entremedio, surfea los cuestionamientos de su propio espacio político.

Las elecciones generales del 14 de noviembre se sienten a la vuelta de la esquina  en la Casa Rosada. En el hervidero que es el Frente de Todos, con actos y marchas y movilizaciones por el Día de la Lealtad superponiéndose y sin una clara unidad que se intentó exhibir en la primera etapa de campaña, el presidente Alberto Fernández mira los días que le quedan antes de que baje el telón que le impedirá mostrar (abiertamente) su gestión como el principal puntal proselitista.

El comando de campaña que hoy encabeza el jefe de gabinete Juan Manzur en representación de Fernández mira el tiempo de descuento que corre hacia el próximo miércoles 20 de octubre, cuando se inicia la prohibición de publicitar actos de gobierno suceptibles de promover la captación del voto. Ese día ya no podrán realizarse actos que involucren a funcionarios y candidatos.

Para terminar de instalar la gestión como el baluarte de la campaña (algo de lo que ni siquiera están convencidos los propios socios del espacio) el Gobierno apresura para los próximas días una batería de anuncios centrados en la vivienda, la obra pública y el acompañamiento a los sectores más afectados.

El domingo 17 de octubre, el Jefe de Estado procuraba anunciar en un acto por él guionado una suerte de «Plan Quinquenal» -con evidente reminiscencia a esa política del primer y segundo gobiernos de Juan Domingo Perón, para atacar el déficit habitacional y construir medio millón de viviendas en un plazo de cinco años

Pero la coincidencia del Día de la Lealtad con la celebración del Día de la Madre fue la excusa que la Casa Rosada encontró para echar por tierra esa cita donde se esperaba, además, mostrar a la plana mayor del oficialismo en sintonía. Sintonía que, a la luz de los hechos, no es tal a esta hora, con dirigentes de La Cámpora, como Andrés «El Cuevo» Larroque, llamando a movilizarse a Plaza de Mayo.

A la espera del anuncio del «Plan Quinquenal», que depende del ministro de Hábitat y Desarrollo Territorial, Jorge Ferraresi -y que se evaluaba comunicar con un mensaje grabado- el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, tambiéne una serie de obras a compartir con gobernadores e intendentes, en sus territorios, para apuntalar el posicionamiento del Frente de Todos. Katopodis inauguró el jueves un tramo de la Autopista Presidente Perón, que une La Matanza con Ezeiza; este viernes estará en Salta inaugurando una planta potabilizadora y un acueducto, y el sábado viajará a Santa Fe para habilitar un tramo de la Ruta 34 y recorrer otras obras junto con el gobernador Omar Perotti.

Este jueves, además, el Presidente anunció el lanzamiento de una aplicación llamada «Más Cultura», que pondrá a disposición la compra de libros, instrumentos musicales, entradas de cine, teatro y más actividades con descuentos. También, Fernández rubricó un convenio con representantes de cámaras empresarias y de sindicatos del sector gastronómico y hotelero para compatibilizar los programas sociales con empleo formal. Fueron dos anuncios orientados a sectores muy golpeados por las restricciones introducidas por la pandemia de coronavirus.

Lanzamos la Aplicación Más Cultura, con la que jóvenes accederán al cine, al teatro, a instrumentos, a libros y más actividades.

Estamos reactivando industrias culturales que fueron muy castigadas en la pandemia. Garanticemos mayor igualdad de oportunidades para todas y todos. pic.twitter.com/rJB2lYjLDH— Alberto Fernández (@alferdez) October 14, 2021

La catarata de anuncios que complementarán también otros ministerios y reparticiones llega cuando Fernández viene golpeado en su imagen y los cambios introducidos en el gabinete, días después de la derrota electoral en las PASO, comienzan a ser seriamente cuestionadas, en particular a partir del exabrupto del ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, con el caricaturista Nik.

Para revertir esa imagen, el Presidente cambió abruptamente la dinámica de su ejercicio del poder: delegó buena parte de la gestión cotidiana en Manzur, y está abocado mostrar «presencia territorial» y cercanía y escucha a sectores que se muestran disconformes con la gestión oficial.