El Gobernador intenta sobreponerse al escándalo Insaurralde, apoyado en los intendentes aliados de la provincia de Buenos Aires.

Nota extraída de TN por María Fernanda Alonso

Las encuestas sin dibujos, las reales, las que llegan a los candidatos de Unión por la Patria, están tan guardadas como Martín Insaurralde en el country Fincas de San Vicente. Hacia afuera, el mensaje es que el “Yategate” impactó, pero el plan es minimizarlo. “Hermetismo absoluto”, confía a TN un dirigente massista.

“Políticamente se resolvió rápido. El tema judicial es algo que tiene que resolver Insaurralde. Imaginate, no sabíamos nada de todo esto. Mientras nosotros repartíamos volantes, este pibe estaba de joda por ahí”, dicen en la sede de Mitre de UP.

Sergio Massa y Axel Kicillof intentan sobreponerse al escándalo Insaurralde. El Gobernador, que busca la reelección, convocó a una caravana para el sábado que arrancará en Berisso, seguirá en el Cruce Varela y finalizará en La Matanza. “Recorrida con Axel. Del kilómetro 0 a la capital del peronismo”, dicen los flyers.

Detrás de la organización están los intendentes. Sobre todo los que quieren “cantar una nueva canción” distinta a la de Perón y los Kirchner, como pidió Kicillof. Este jueves los jefes comunales Mario Secco (Ensenada) y Fabián Cagliardi (Berisso) mantuvieron un encuentro con el jefe de Asesores de Kicillof, Carlos Bianco, para ultimar los detalles de la movida. Bianco es la mano derecha de Kicillof, a quien tuvo que desplazar cuando Cristina Kirchner decidió intervenirle la Gobernación con la designación de Insaurralde como jefe de Gabinete.

¿Va Máximo Kirchner a la caravana? “No te sé decir. Lo vemos mañana. La última referencia que tengo es que al acto de Ensenada fue”, dicen cerca del Gobernador. Kicillof y el hijo de la Vice atraviesan el peor momento de una relación política siempre tensa. “Máximo está silencioso, misterioso y enojado”, aseguran. La pelea es por la conducción del PJ bonaerense y el nieto de colectivero -el papá de CFK manejaba la línea 273 en La Plata- tiene el boleto picado.

El acto de Ensenada fue el miércoles 27, el día que el Indec anunció una pobreza del 40.1%. Máximo estuvo junto a Insaurralde. De gorrita y a la gorra; sentado en una segunda fila.

Massa y Kicillof aceleran en la interna oficialista. A principios de agosto, el ministro candidato debió suspender una caravana en La Matanza porque ardía la interna entre el intendente Fernando Espinoza y el Movimiento Evita, enfrentados en las PASO. Ahora decidió sumarse a la movida. La interna entre Espinoza y el Evita no parece, igual, muy saldada. “No estamos en tema”, dicen cerca de Fernando “El Chino” Navarro, sobre la caravana.

La Matanza tiene casi dos millones de habitantes, es decisiva para ganar la PBA y el país. Históricamente, el peronismo sacaba una diferencia de 20 puntos. En las elecciones de 2009, Néstor Kirchner obtuvo el 42%, solo 11 puntos más que Unión-Pro, de Francisco de Narváez, Mauricio Macri y Felipe Solá. Un golpe en el talón del peronismo es la caída.

Cosas del destino, Massa había intentado encabezar una caravana en La Matanza cuando enfrentó al kirchnrismo en 2013 “¡Acá no entra ningún tigre, guacho! ¡La Matanza es de Cristina!”, gritó un encapuchado y corrió a los del Frente Renovador a huevazos limpios. En esa elección, Massa enfrentaba al candidato del Frente para la Victoria… Martín Insaurralde, a quien terminó venciendo en las urnas.

Esa campaña además del “día maple” en La Matanza tuvo otro hito. Un mes después, el intendente de Lomas, que ahora cayó en desgracia por el viaje de lujo en Marbella junto con Sofía Clerici, fue meme en las redes sociales. Le habían pedido en un ping pong con otros candidatos que nombrara tres estaciones por las que circula el tren Sarmiento y la respuesta, sin sonrojarse, fue: “¡Me mataste!”. Ahora se sabe, con 200 vuelos en el pasaporte, él no va en tren, va en avión.