La disminución en la demanda provocó una caída significativa en los precios de la materia prima vacuna, afectando tanto a productores como a comerciantes, que ven con preocupación la falta de consumo en el mercado interno.

El precio de la carne vacuna promedió 7445 pesos por kilo al consumidor en el mes de julio. Este valor representa una disminución del 16% en términos reales en comparación con el precio registrado a finales de 2023.

Según un trabajo de la Fundación Mediterránea, la reducción de precios tuvo un impacto para mitigar la inflación en lo que va del año.

Un informe realizado por el economista, Franco Artusso, estimó que la participación de la carne vacuna en la inflación pasó de aportar 2,2 puntos porcentuales en diciembre de 2023 a solo 0,11 puntos en julio de 2024, gracias a la caída en los precios.

El consumo de este producto cayó un 20% interanual durante el primer semestre del año. Esta caída se provoca principalmente por el descenso del poder adquisitivo en los consumidores y a la disminución de la actividad económica, que ha llevado a un ajuste en el gasto de alimentos.

Sin embargo, a pesar de esta disminución en las ventas el precio sigue estando alto en comparación con el promedio histórico de 2007 a 2023.  Con el objetivo de ajustar sus gastos, muchas personas comenzaron a consumir más pollo y cerdo debido a que tienen precios más accesibles.