domingo, octubre 6

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA🌾

Juan 20, 11-18

María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?»
María respondió: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.»
Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció.
Jesús le preguntó: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?»
Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo.»
Jesús le dijo: «¡María!»
Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: «¡Raboní!», es decir, «¡Maestro!» Jesús le dijo: «No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: «Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes.»»
María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.

Palabra del Señor.
🌾 MEDITACION DEL EVANGELIO🌾

Jn 20, 11-18: No me retengas

1) Llorando junto al sepulcro: Uno puede estar con la mirada en lo que le genera muerte y angustia. Hasta me animo a decirte que te obsesionas con cosas que te dan dolor y estás a un paso de ser masoquista. Porque le das vueltas a cosas que te generan dolor y tenés la oportunidad de salir de allí, pero lo seguís buscando. Hay veces que esas lágrimas que caen de vos ya no son producto de la vida, sino que vos seguís decidiendo quedarte al lado del sepulcro, en vez de mirar lo que te genera verdaderamente vida. Salí de aquello que no te da paz y que solo te genera lágrimas.

2) No lo reconocieron: Cuando uno está centrado en su dolor es como que no puede mirar más allá y no puede reconocer las cosas lindas que también le pasan en la vida. Es como que uno cree que cuando está mal, todo está mal, y polariza todo. Es por ello que se necesita calmar y escuchar. No dejes que las lágrimas de los dolores de tu vida te hagan un miope del vivir.

3) Anunciar: Hoy date la oportunidad de mirar el todo de tu vida. Deja de llorar al lado del sepulcro de las cosas que ya están muertas en tu vida y deja de lado ya aquello que te genera lágrimas. Deja de traer a tu mente cosas muertas que lo único que generan es lágrimas y dolor. Date la oportunidad de encontrarte con la Vida, de mirar a la vida que está frente tuyo y proponete vivir y ayudar a otros. Anuncia que la muerte no es la última palabra. Anuncia que se puede salir de lo peor. Anuncia que mientras haya una misión y un corazón que late se puede lograr muchas cosas. Mira a tu alrededor y busca lo que te de vida y no te sientes en el cementerio que hay en tus recuerdos. ¡¡¡Felices Pascuas!!! Cristo y vos están vivos. Algo bueno está por venir.