viernes, septiembre 20

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA🌾

Mateo 10, 1-7

En aquel tiempo, Jesús llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayáis a tierra de gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca.»

Palabra del Señor
🌾 MEDITACION DEL EVANGELIO🌾

Mt 10, 1-7:

💫El llamado es para sanar

1) Les dio poder:

El verdadero poder del cristiano no pasa por estar en el Vaticano, o ser el encargado de o el ministro de la Eucaristía; el poder del cristiano no es ser párroco o vicario, o tener un decreto de tal obispado. El verdadero poder que Cristo te da es el de sanar, curar y aliviar. Es saber que estamos llamados para hacer un poco mejor la vida de los que nos rodean, porque ser anunciadores y evangelizadores es ser testigos y enamorados de Cristo. El saberte elegido por Dios significa que estás dispuesto a ayudar a la vida de los otros con Dios y desde Dios.

2) Los nombres:

Tenés un nombre y ese nombre tiene un significado, porque no sos algo, sos alguien y estás invitado a vivir la vida desde tu personalidad y tu forma de ser. La vida misma está marcada por las circunstancias y son las circunstancias que viviste las que hoy también te definen y te hacen ser. Es tu historia la que aporta a tu identidad y desde esa identidad asumís el llamado que Dios te hace. Hoy asumí tu vida y enfrenta tu realidad de vida desde lo que Dios te llama y hacia donde Dios te llama.

3) Ovejas perdidas:

Uno de los temas que siempre pienso es que a nosotros, los católicos, nos gusta pescar en la pecera. Armamos nuevos grupos y nuevas cosas pero para la misma gente; hasta incluso muchos nos convertimos en grupos cerrados y no dejamos entrar al otro. La clave es salir, porque estamos llamados a evangelizar más que institucionalizar, a anunciar más que a agrupar, a promocionar vida más que normas y a mostrar que con Cristo la vida se disfruta más que se coacciona. Algo bueno está por venir.