lunes, septiembre 23

EVANGELIO DEL DÍA

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EVANGELIO DEL DÍA🌾

Juan 12,1-11:

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».
Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.
Jesús dijo:

  • «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».
    Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.
    Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.

Palabra del Señor
🌾 MEDITACION DEL EVANGELIO🌾

Jn. 12, 1-11:

💫Volvió a Betania.

1) Betania:

Es el lugar de los amigos, de los que comparten la vida y en donde están los afectos. Es el aire que recibe Jesús antes de tantas asfixias existenciales que le tocará vivir. Cuán importante es que le dediques tiempo a tu Betania, a esas personas que te hacen bien y que te acompañan en las buenas y en las malas. Me pongo a pensar en mis viejos, que cuando tenía los momentos difíciles y duros de mi vida sin preguntarme nada me acogían, me mimaban con la milanesa a la napolitana y simplemente estaban. Busca tu Betania, tu gente que te ayuda a enfrentar las cosas con la fuerza del cariño y la familiaridad. ¡Cuida tu Betania!

2) Judas:

Cuando en tu cabeza se mete el dinero, ya no ves ni a Dios ni a las cosas de Dios como sagrado. Todo pasa a ser monetario, reduciendo hasta tu vida a cuestiones económicas. Hay personas que solo miran lo material, pero no miran el esfuerzo de fondo. Me causa gracia cuando vienen y me dicen: “¡che, qué camioneta que tenés! Así, sí, que quiero ser cura”. Y les digo: “buenísimo, mañana tenemos 5 misas, 151 km por recorrer y ayudar en el campo a dos personas que están postradas”, ya que tenemos camioneta hay que ir por caminos duros que solo se llega en 4×4. Entonces me mira y me dice: “mejor no”. Hay veces que somos medio Judas, porque no disfrutamos del bien del otro o del esfuerzo del otro, sino que lo medimos desde lo material y lo económico. No seas un Judas.

3) Los pobres:

Pobres no son aquellos que tienen poco, sino que pobre es aquel que carece de mucho. Es verdad que hoy padecemos pobrezas, pero también veo pobrezas existenciales. Y no hay nada más pobre que creerte omnipotente pensando que todo lo podés resolver vos y que todo pasa por vos, eso sí que es pobreza. Enriquécete de Dios y busca a Dios que Él nunca te rechazará. Algo bueno está por venir.