De aquel ambicioso anuncio del presidente venezolano Hugo Chávez, que en el año 2005 proyectó unas 600 estaciones de servicio de la petrolera PDVSA y la local Enarsa en la Argentina, ya no queda casi nada.
El ex presidente Néstor Kirchner tenía la ambición de ver a Esso y Shell salir del país. Según detalla el diario Clarín, las cambiantes condiciones del mercado local de los combustibles y la inestabilidad política venezolana fueron desgastando la iniciativa.
La compañía fue erosionando su situación patrimonial. Los estacioneros independientes no renovaron los contratos de exclusividad y cambiaron de bandera.
Y los 15 establecimientos propios fueron cerrados definitivamente a principios del año pasado y se encuentran vandalizados y sin corriente eléctrica desde que comenzó la pandemia.
Hoy PDVSA Argentina transita un escenario de completo abandono. Las deudas son millonarias y sus 50 empleados, que no cobran sus salarios desde marzo (la última actualización fue en 2017) solo percibieron el ATP.
Tampoco se están saldando las cargas sociales desde el mes de junio del año 2018 incorporándose en varios planes de facilidades de pagos sin cumplir los mismos y reteniendo en los recibos de los empleados tanto jubilación, obra social y ganancias sin depositar al fisco los importes resultantes.
Con respecto a las obras sociales las mismas se dejaron de abonar en el mes de diciembre de 2018 privando a todo el plantel de empleados de este mínimo seguro médico obligatorio durante el año 2019 y en especial el año 2020 con la pandemia a nivel mundial. Lo mismo con la Aseguradora de Riesgos del Trabajo.
El primer timbre sonó en el Gobierno
25 abril, 2024