viernes, septiembre 20

Interna oficialista: Massa se kirchneriza, apunta al núcleo duro de votos y se suma a la campaña del miedo

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Nota extraída de Clarín por Ignacio Ortelli

El candidato cruzó elogios con Cristina y visitó programas ultra K. También habló de «ajuste con represión» si gana la oposición.

Sergio Massa no quiere que la vía de escape que se habilitó en Unión por la Patria para contener al votante de izquierda con la candidatura de Juan Grabois se termine transformando en un condicionamiento a futuro. Lejos de utilizar la competencia en las PASO con el líder piquetero para volver a interpelar al electorado de centro al que convocó cuando dejó el kirchnerismo en 2013, el tigrense está convencido de consolidar primero al núcleo duro K y sacar el mayor rédito posible a los guiños que le hizo Cristina Kirchner desde que se acordó que encabezaría la lista de unidad mayoritaria.

El tigrense comenzó la campaña bien cerca de la vicepresidenta y embanderado con el discurso K. Y no sólo por el acto en Salliqueló, donde hubo guiños y elogios cruzados. El combo incluyó gestos como el del spot, con el slogan «La Patria sos vos», que muestra primero a Eduardo «Wado» de Pedro, hasta reivindicaciones a lo que fue parte de la década que tuvo al matrimonio de Néstor y Cristina en el poder. También la visita a programas ultra K, como el que conduce Dady Brieva. Allí, el ministro llegó a las lágrimas cuando le recordaron el apoyo de la vice.

Qué se vota y cuándo.

La estrategia tiene que ver con el diagnóstico inicial que, como contó Clarín, hicieron en el massismo: «Hay que entender que Sergio no va a ser el candidato del Frente Renovador, sino el candidato de la unidad de Unión por la patria», fue la primera bajada de línea que hicieron desde la cúspide hacia los dirigentes del espacio que lidera el tigrense.

El otro paso de endurecimiento fue sumarse a la campaña del miedo. Habló de «ajuste con represión» si ganan Patricia Bullrich o Javier Milei, y así se plegó a la línea que habían revivido el fin de semana los gobernadores Axel Kicillof y Gildo Insfrán.

¿Kirchnerización con límites?

Esto no implica, aclaran sus colaboradores, que Massa vaya a impulsar iniciativas auspiciadas por el cristinismo con las que mostró cierta distancia (aunque no las cuestionó abiertamente) incluso en estos cuatro años de administración, como el embate contra la Justicia, pero sí que no va desempolvar propuestas que hizo en el pasado, como buena parte de la plataforma de campaña que trazó cuando se postuló en 2015 en la alianza «Unidos por una Nueva Argentina», donde planteó una lucha encarnizada contra la corrupción, cambios en los controles migratorios, endurecimiento de penas para combatir la inseguridad y hasta la reforma del Código Penal y un nuevo régimen penal juvenil, con una baja en la edad de imputabilidad.

En las instrucciones que bajó el consultor político catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, a quien Massa más escucha en términos electorales, está el concepto de «coralidad de la unidad» que entiende debe tener Unión por la Patria. Responde a la visión de que si el Frente de Todos fracasó como tal fue porque hubo en buena medida una fragmentación desde antes de la asunción de la fórmula de los Fernández. «Está bien que haya distintas miradas pero no se pueden hacer propuestas que hagan ruido entre nosotros», expone uno de los dirigentes más cercanos al ministro.

En su equipo advierten el rechazo que aquellas iniciativas de Massa generan en el kirchnerismo y aseguran que hoy la prioridad del ministro de Economía está puesta «en sacar al país del pozo en el que lo dejó (Mauricio) Macri». «Esta es otra Argentina, con muchas más urgencias», argumentan.

Aunque no la anotan como variable, es indudable la preocupación que hay en torno a cuánto volumen adquirirá la lista que encabeza Juan Grabois. Lo ideal para el massismo es que no supere los cinco puntos en la interna, un número necesario para contener a una vertiente de centroizquierda que podría rechazar inicialmente a Massa por su perfil pero que luego podría acompañarlo para las generales. Pero el escenario que muestran algunas encuestadores, con el piquetero rondando los dos dígitos lo encorsetaría demasiado en un discurso purista, que lo limitaría para salir a hablarle a un público independiente. De ahí que primero busque captar al electorado K menos duro.  

Con todo, la confrontación con el ex Presidente Macri es uno de los ejes más cómodos que tiene Massa para alinearse con el electorado K, porque lo acerca de manera natural a los posicionamientos de Cristina.

Recurrió a esa herramienta varias veces en los últimos días: al referirse a la concreción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, una obra trazada durante la gestión anterior pero cuyo inicio se postergó luego de la volatilidad económica tras las PASO 2019; pero con el foco puesto en el marco de la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional, a la que considera «el cepo más grande que tiene la economía argentina».

En este sentido, no se quedó en lo discursivo: propuso que, una vez se abone el crédito tomado por Macri, se apruebe un proyecto para que en el futuro ningún Gobierno pueda recurrir al Fondo «si no tiene la aprobación de tres cuartos del Congreso». Una iniciativa que supo plantear Cristina. 

«¿Qué pasó en la Argentina entre 2015 y 2019? El tío vago de la familia se fue al casino, timbeó y salió corriendo al FMI”, fue un planteo que se escuchó de Massa en discursos públicos y también estuvo incluido en el repertorio que mostró en algunas de las visitas a vecinos que hizo en los dos fines de se semana que lleva como precandidato. Lo mismo hizo en sus primeras entrevistas. A propósito del raid mediático, el tigrense priorizó a los medios oficialistas.

El vínculo de Alberto Fernández con los medios independientes fue uno de los puntos que más irritó a Cristina.

En otro otro contraste, y como gesto simbólico para el electorado kirchnerista, en la inauguración del Gasoducto, Massa se ocupó de elogiar «el compromiso, la vehemencia, la decisión y el coraje» del camporista Agustín Gerez, titular de ENARSA, con quien funcionarios albertistas mantuvieron encontronazos en el pasado.

Y elogió el proyecto de Aporte Solidario que en la pandemia se aprobó por iniciativa de Máximo Kirchner.

Tampoco tuvo reparos en sonreír y hacer propio el pedido de «cobrarles igual» que le hizo Cristina, cuando se refirió a los que todavía «no pagaron» el impuesto.

Al alineamiento en materia discursivo y propuestas, en las últimas horas le sumó un condimento que hasta aquí no había estado presente en el reencuentro de Massa con el kirchnerismo: lo emocional. Este domingo, en el programa «Peronismo para Todos», conducido por Dady Brieva, el tigrense se mostró emocionado y al borde de las lágrimas luego de ver el video en el que Cristina, durante el acto que habían compartido un rato antes, le agradeció por haberse hecho cargo «en un momento muy difícil y complejo».

No fue un episodio aislado. Este lunes, dio un paso más al definir el vínculo que lo une con la vice: «Construí una relación de mucho respeto y eso para mí tiene un valor», afirmó por Radio 10.