Nota extraída de TN por Luciana Geuna

El entorno del libertario lidia con el desembarco del equipo de Macri mientras que Massa busca hacer pie en los territorios donde más le cuesta al peronismo.

“El próximo domingo la Luna va a estar en Escorpio: uno de los candidatos muere y el otro vive. El debate va a ser intenso y muy hiriente”. Parece chiste, pero no. El debate presidencial por la segunda vuelta se convirtió en un hito tan estratégico para los dos candidatos que este horóscopo circula como una verdad astral en el chat de la mesa más chica de campaña de uno de los competidores.

Faltan 8 días para el balotaje y apenas 24 horas para un momento que sin duda puede incidir en el resultado. Las encuestas coinciden en que no hay predicción posible para la definición entre Javier Milei y Sergio Massa: “Todo depende del debate. ¿Qué más puedo hacer? Sólo ajustar la fiscalización”. El que habla es un armador y su certeza sirve para cualquiera de las dos campañas.

Eso lo saben sin dudas alrededor de Milei

La ingeniería de fiscales en su integración con el macrismo se convirtió en una tensión salvaje. Ayer, el equipo de comunicación del libertario le dedicó foto y texto a distribuir una reunión en el Hotel Libertador -sede de trabajo del mileicismo- presidida por Karina Milei y rodeada de los suyos. Ni un integrante de la versión mezclada de LLA con el PRO en la imagen.

El objetivo de ese comunicado era mostrar hacia afuera que ellos están a cargo. ¿Por qué? “Porque esto se estaba pareciendo a un saqueo no a una integración”, dice uno de los hombres que estaba sentado a la mesa de Karina en el hotel Libertador. Nadie espera que el pacto con Macri les salga gratis, pero Javier Milei ya empezó a incomodarse: la rutinas de llamados permanentes del expresidente estableciendo pautas y enviados a liderar el operativo de los fiscales y de la campaña llenó de conflictos la interna de LLA. Para explicarlo con matemática: “Ellos nos dicen: dame a mí que yo fiscalizo el 30% de la Matanza, el x por ciento de tal provincia y así hasta el infinito. ¿Cuál es el tema? Que si ganamos, van a querer cobrar en poder todo ese porcentaje”. Pura sinceridad.

En pocos días, Karina armó esta mesa, pidió intervención a su hermano y hasta mandó a levantar una reunión por el armado bonaerense que tenía de un lado a Jorge Triaca, Diego Santilli, Cristián Ritondo, y del otro solo a Sebastián Pareja de los libertarios. La desigualdad numérica le pareció mucho.

Eduardo Bastitta, Karina Milei y Paula Bertol

Funciona en Libertador 7208, un canchero coworking de Hit, un enjambre de personas lideradas por el empresario Eduardo Bastitta que se presenta como el líder del operativo y es otro eslabón de la discordia. Bastitta es uno de las piezas clave de la intermediación entre los mundos de Macri y los de Milei: un empresario de parques logísticos amigo del expresidente y fanático del libertario.

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Para mostrar la organización de las jerarquías, después de la foto de Karina con su equipo puro, recibió a Bastitta. No salió ni un comunicado de ese encuentro. El senador José Torello, se sabe, es un elemento clave en el blend de enviados. El PRO se divide en tantas internas que también hay cables cruzados entre los referentes de Macri y los de Bullrich, que colocó a Paula Bertol en una posición estratégica. El bullrichismo puso a trabajar su call center de campaña y este fin de semana empezaron una convocatoria compulsiva de fiscales que sumó 75 mil aspirantes.

A ocho días de la elección, la mayor preocupación ahora es geográfica: Santiago del Estero, Formosa, Tucumán y Santa Cruz. Ahí el ejército de fiscales no funcionó con eficiencia ni en las PASO ni en la General y no hay tranquilidad para el balotaje. Encima, a Santiago del Estero la fiscalizaba uno de los diputados provinciales de PBA, Fabián Luayza, que firmó el comunicado quejándose por el pacto de Acassuso.

De ese acuerdo sin letra chica, todavía hay muchísimo sin definirse en el caso de que ganen la elección. Se atajan en LLA: “Hay 2000 cargos de primera línea que llenar y nosotros no los tenemos. Ahí va a entrar el equipo de Macri” ¿Entrará su postulante a ministro de Justicia de Germán Garavano? “Eso no va a pasar. Ahí la pieza es Mariano Cúneo Libarona”.

El problema central de Sergio Massa no es la geografía sino la matemática

Su equipo hace y rehace ecuaciones para determinar cuánto del 23,38% de los votos de Patricia se irán a Milei, cuánto al blanco y cuánto se quedará en su casa. Por eso es tan intenso el operativo en la esquiva provincia de Córdoba, segundo distrito electoral del país donde tienen que llegar al 30% para dar la pelea nacional (sacaron 13,42% en la general. En el 2015 Scioli tocó los 28 puntos). Estos cálculos son un abismo cuando se preguntan si en la provincia de Buenos Aires, el conurbano jugará como en la General. La respuesta son puras dudas.

Esta semana, la vicepresidenta llamó a 30 intendentes para arengar una elección que no está definida para nadie. Ese terreno fangoso de la incertidumbre coloca a todo el mundo en posicionamientos duales: ¿qué pasa si no se gana? En el massismo, sospechan de intereses más egoístas en el universo kirchnerista y los persiguen preguntas paranoicas de internismo alrededor del episodio de la nafta con YPF, del juicio a la Corte y de cuál será la actitud real de busca de votos en Provincia: “No les conviene más que Sergio pierda y se sientan con opciones de volver rápido si hay un gobierno de Milei?”.

La campaña de Massa se enredó de kirchnerismo en el momento menos conveniente de la carrera. El lunes temprano, uno de los cinco hombres más influyentes en su campaña presidencial pronosticaba: “No tengo dudas de que va a haber cisnes negros nuestros que nos van a complicar”.

El “cisne negro”

Esa misma tarde la realidad le confirmó su predicción. Pocas horas después empezaron los allanamientos a partir de un oscuro entramado de espionaje ilegal protagonizado por un inorgánico de la exSIDE, Ariel Zanchetta y un consumidor de su información ilegal, el subdirector de la AFIP y cuadro camporista, Fabián “Conu” Rodríguez que finalmente entregó, cuatro días después de los allanamientos, su teléfono celular donde tienen que replicarse los chats que mantuvo con el espía pidiéndole seguimientos sobre la ministra de su Gobierno, Victoria Tolosa Paz.

Y quién sabe cuántas cosas más. Quién sabe también qué pasó con ese teléfono todos estos días. El fiscal Gerardo Pollicita no se conformó con esto: va a apelar la decisión del juez Marcelo Martínez de Giorgi insistiendo con su detención.

Fue llamativo que “El Conu” no estaba en el lugar de ninguno de los allanamientos simultáneos a su casa y su oficina y no presentó abogado en la causa hasta ayer que confió en Juan Nieto y Hernán Folgueiro del estudio del exjuez federal Gabriel Cavallo. Fue una persona de confianza de Juan Martín Mena -el eslabón jurídico principal de la Cámpora- quien acercó al “Conu” a Nieto, un abogado joven y prestigioso con una historia personal cercana a los derechos humanos. Ese bureau de abogados, se sabe, es uno de los más caros de la Argentina.

El enredo de espías llegará sin dudas al debate

Mientras leés esta columna, los candidatos empiezan a dedicarse casi completamente a ensayar. Massa dedicará todo el sábado y el domingo a un estudio con atril y luces incluido.

Milei repetirá su rutina con Santiago Caputo, amigo y consultor y el equipo técnico. “Debería volver más a la motosierra”, le recomendó ayer al aire por TN, Jaime Durán Barba.

En su equipo, creen lo mismo después del desempeño de Villarruel en el debate de A Dos Voces. A Massa, el ecuatoriano le recomendó que se muestre más separado del kirchnerismo. Su campaña lo intenta sin parar: suelta ministros de Economía de otro partido, vuelve a Graciela Camaño a su tropa -que había huido después de la alianza del Frente Renovador para el gobierno de AF y CFK-, tiene una agenda de llamados desopilantes con dirigentes de otros partidos, sumó apoyo del socialismo santafesino y colecciona las firmas que puede en la UCR: se conoció una que lleva la firma de Federico Storani y 200 radicales.

El día después al debate será una autopista rápida a la elección. El momento en que se definan los indecisos que todavía son muchos (entre el 10 y el 14% según la encuesta que lo mida). Lo resume así un dirigente experimentado en campañas: “La gente empezará a tomar su decisión. Si ganan los hijos a los padres y los abuelos con la idea de animarse a un cambio radical. O si ganan los padres y los abuelos que le dicen a los hijos: ´ojo, que se va a todo a la puta madre que lo parió´”.