LOS CINCO MINUTOS DEL ESPÍRITU SANTO

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LOS CINCO MINUTOS DEL ESPÍRITU SANTO🌾
03 de Abril
Me pregunto si de verdad estoy permitiendo que el Espíritu Santo me lleve por un camino de santificación, si realmente he aceptado que la santidad también es para mí, y si he podido descubrir el tipo de santo que el Espíritu Santo quiere hacer de mí. Porque él no destruye mi personalidad, sólo quiere perfeccionarla y liberarla de sus oscuridades. No quiere que yo sea como San Francisco si eso no es lo que me va a hacer feliz. Él ama mi felicidad, y me dará la santidad que me permita ser plenamente feliz, liberado de mis tristezas, miedos, amarguras e insatisfacciones. Pero para eso necesita llegar al fondo, al corazón, y lograr que mis intenciones más profundas sean claras, generosas, sanas y liberadoras.

Por eso, me hago íntimamente las siguientes preguntas, pidiendo la luz del Espíritu:

¿Para qué me levanté esta mañana: para sobrevivir, para cumplir, para alcanzar placeres, para obtener éxito o fama, para ser bien visto, para demostrar quién soy, o para la gloria de Dios y la felicidad de los demás?

¿Cuáles son las segundas intenciones o las intenciones ocultas, no tan santas, que suelen moverme a decir ciertas cosas, a tomar ciertas decisiones, a hacer algunas cosas?

¿Cómo cambiaría mi vida si las verdaderas intenciones de mi corazón fueran siempre buscar la gloria de Dios y el bien de los demás?

EVANGELIO DEL DÍA🌾
El Sábado Santo no hay lectura. No meditamos un evangelio en particular, puesto que es un día que carece de liturgia. Pero, con María, la única que ha permanecido firme en la fe y en la esperanza después de la trágica muerte de su Hijo, nos preparamos, en el silencio y en la oración, para celebrar la fiesta de nuestra liberación en Cristo, que es el cumplimiento del Evangelio. El Sábado Santo se acompaña a la Virgen Dolorosa en su silencio y el dolor por la ausencia de su Hijo.

«El mundo queda en silencio
tras la muerte de Jesús;
las tinieblas lo cubrieron
y le abandona la luz.

A los hombres y mujeres
que hasta entonces le siguieron
les desconcierta su muerte,
crecen la angustia y el miedo;

todo lo dan por perdido,
mientras les hunde el dolor
y lloran arrepentidos
recordando su traición.

La Madre aguarda serena,
recogida en oración,
a que el día le devuelva
al Hijo que ayer perdió;

por su Fe vive segura
horas llenas de Esperanza:
el Amor que siempre triunfa
resucita sin tardanza…»

SÁBADO SANTO:
con María,
a la espera de la
Resurrección…